Scorcese, un clásico del cine internacional.

El cineasta Martin Scorcese revela su pasión por la música

El cineasta Martin Scorcese revela su pasión por la música

Redacción Internacional/EFE

Su filme favorito es "Las zapatillas rojas", dirigió el videoclip de "Bad" de Michael Jackson y dedicó "Taxi Driver" a Bernard Herrmann, pero la relación de Martin Scorsese con la música se estrechó con sus documentales sobre Bob Dylan, los Rolling Stones y, ahora, George Harrison.
"George Harrison: Living in the Material World" arroja luz sobre la vida del artista más allá del eclipse que produce su estrellato como miembro de The Beatles y refrenda la melomanía de un director conocido por su tratamiento de la violencia pero que, como buena fiera, es amansado por la mejor música.
Tres horas y media permiten al director de "Raging Bull" acercarse en este filme para televisión, que se estrena este fin de semana en los cines de España, a uno de sus ídolos pasando por los testimonios de Yoko Ono, Ringo Starr, Paul McCartney o Eric Clapton.
Este tributo a Harrison más íntimo llega solo tres años después de inaugurar el Festival de Cine de Berlín con "Shine a Light", su filme sobre los Rolling Stones, a los que desglosaba desde su trabajo y su leyenda utilizando como excusa un concierto con varios artistas invitados, desde Jack White a Christina Aguilera.
Esta película era el capricho del director tras conseguir su ansiado Óscar -a la sexta candidatura- por "The Departed", en cuya banda sonora incluía, precisamente, la canción "Gimme Shelter" del grupo de Mick Jagger, que ya había sonado en "Godfellas" y "Casino".
Pero no era la primera vez que Scorsese documentaba la carrera de sus músicos favoritos: lo había hecho con el que fuera, además, su compañero de piso, Robbie Robertson, en "The Last Waltz", en 1978, aunque hasta el siglo XXI no la recuperaría con "No Direction Home: Bob Dylan", en la que se centraba en la trayectoria del cantante en los años sesenta.
Y es que Scorsese, perteneciente a la última hornada legendaria de cineastas estadounidenses, no tuvo un fetiche como el que John Williams es para George Lucas y Steven Spielberg ni dotó a sus filmes de la majestuosidad con la que Nino Rota vistió "The Godfather" de Francis Ford Coppola, pero tuvo una relación fundamental con la música.
De todas sus películas, la banda sonora más recordada es la que Elmer Bernstein compuso para "The Age of Innocence", el filme menos "scorsesiano" de su carrera.
El cineasta siempre cita como su película favorita "The Red Shoes", el musical sobre ballet dirigido por Michael Powell y Emeric Pressburger en 1948, que restauró él mismo con mimo y resultados espectaculares a través de su World Cinema Foundation.