Macroeconomistas del Antiguo Testamento
Gonzalo Chavez A.
Se anuncia un debate sobre la agenda económica. Parece una buena iniciativa pero sin recursos financieros se puede convertir en un campeonato de declamación, de esos que tanto le gusta al gobierno, donde el cerebro es substituido por la lengua.
Para llevar adelante la agenda productiva se deberían crear dos fondos. Uno de estabilización macroeconómica y otro para el apoyo a los sectores productivos. Aquí sigo algunas ideas de Paul Collier de su libro The Plundered Planet, en español algo como El Planeta Saqueado. Comencemos con una historia macroeconómica del Antiguo Testamento. En el capítulo 41 del Génesis, se relata la siguiente historia: “Al cabo de dos años. Faraón soñó que se encontraba parado a la vera del río. De pronto suben del río siete vacas hermosas y lustrosas que se pusieron a pacer en el carrizal. Pero he aquí que detrás de aquéllas subían del río otras siete vacas, de mal aspecto y macilentas, las cuales se pararon cabe las otras vacas en la margen del río, y las vacas de mal aspecto y macilentas se comieron a las siete vacas hermosas y lustrosas. Entonces Faraón se despertó. Y vuelto a dormirse soñó otra vez que siete espigas crecían en una misma caña, lozanas y buenas. Pero he aquí que otras siete espigas flacas y asolanadas brotaron después de aquéllas y las espigas flacas consumieron a las siete lozanas y llenas. Despertó Faraón, y he aquí que era un sueño. Faraón mandó llamar a José y dijo he tenido un sueño y no hay quien lo interprete, pero he oído decir de ti que te basta oír un sueño para interpretarlo."
José dijo a Faraón: "El sueño de Faraón es uno solo: Dios anuncia a Faraón lo que va a hacer. Las siete vacas buenas son siete años de abundancia y las siete espigas buenas, siete años son: porque el sueño es uno solo. Y las siete vacas macilentas y malas que subían después de aquéllas, son siete años; e igualmente las siete espigas flacas y asolanadas, es que habrá siete años de hambre. He aquí que vienen siete años de gran hartura en todo Egipto. Pero después sobrevendrán otros siete años de hambre y se olvidará toda la hartura en Egipto, pues el hambre asolará el país, y no se conocerá hartura en el país, de tanta hambre como habrá.
Ahora, pues, fíjese Faraón en algún varón prudente, y póngalo al frente de Egipto. Hágalo así Faraón: ponga encargados al frente del país y exija el quinto a Egipto durante los siete años de abundancia. Ellos recogerán todo el comestible de esos años buenos que vienen, almacenarán el grano a disposición de Faraón en las ciudades, y lo guardarán. De esta forma quedarán registradas las reservas de alimento del país para los siete años de hambre que habrá en Egipto, y así no perecerá el país de hambre."
Después de esta larga cita es fácil concluir dos cosas. Uno que se avecina un periodo de vacas macilentas y flacas con la inestabilidad de los precios de las materias primas y que Jose fue el primer macroeconomista en proponer un fondo de estabilización para una economía que dependía de recursos naturales. Así que saltemos a Marx y Friedman y encontramos una solución en el antiguo testamento.
¿Cuál es la interpretación económica y contemporánea del sueño del Faraón? En los últimos 50 años, se produjeron varios episodios de colapsos y auges del crecimiento en la economía boliviana. Periodos de vacas flacas y gordas en el sueño del Faraón. Ambos fenómenos fueron provocados por choques externos tanto negativos (caída de precios en los minerales, contracción de flujos de capital) vinculados a los recursos naturales. Tomando como referencia el periodo 1950 – 2005, podemos identificar tres periodos de caída significativa del producto interno bruto (PIB) per cápita. El primero va de 1953 a 1961, cuando el PIB per capita decreció, en promedio anual, en un menos 2.4%. Es decir que estuvimos en la lona por 9 años consecutivos. El segundo periodo de recesión abarca de 1978 a 1988, este julepe económico duro 11 años, y en promedio decrecimos a un tasa de menos 2.3% por año. Finalmente, entre los años de 1999 y 2003, se produjo otro episodio de contracción del producto per cápita(-0.4%) aunque de menor intensidad y duración que los anteriores (4 años). Todo indica que se avecina un periodo de precios de exportación más bajos a partir del 2012. Así que un primer punto de agenda del dialogo debería ser que hacer si viene un choque negativo de ingresos. Pues el camino parece ser diseñar un mecanismo de estabilización de los ingresos de exportación. De manera sencilla este es una especie de alcancía gigante donde los gobiernos central y regional pueden ahorrar sus recursos. Este es un fondo macroeconómico de estabilización. Un otro fondo a crear también está sugerido en el Génesis, es un fondo para invertir en espigas, es decir en producción o como dice Paul Collier, invertir en inversión. Este autor y otros economistas han propuesto varias ideas sobre la administración de estos fondos reviviendo la idea básica del Antiguo Testamento. Más detalles ver en http://www.naturalresourcecharter.org. Estimado lector tomare unas vacaciones. Vuelvo en algunas semanas.
*G. Chavez es economista.