SURAZO

Buitres

Buitres

Juan José Toro Montoya.- Más allá del elemento espiritual –eso que llamamos alma–, las ciencias, artes, oficios y profesiones se desempeñan mediante métodos, fórmulas y procedimientos.
Así, el artista, cuyo trabajo está estrechamente ligado a lo espiritual, necesita seguir un camino previamente trazado para llegar al producto final de su inspiración: una obra de arte. Si es músico tendrá que usar notas musicales; si es pintor tendrá que someterse, así sea involuntariamente, a la teoría del color y si su musa se manifiesta a través de la literatura entonces tendrá que recurrir a la palabra escrita que, invariablemente, tiene reglas básicas y, claro, métodos, fórmulas y procedimientos.
El periodismo tiene reglas básicas para ser tal. La fórmula tradicional para escribir una nota periodística fue inmortalizada en una frase de Rudyard Kipling: “Seis honrados servidores me enseñaron cuanto sé. Sus nombres son cómo, cuándo, dónde, qué, quién y por qué”. Repitiendo esas palabras, el periodista puede tomar un hecho y desbrozarlo con el fin de rearmarlo y presentarlo al lector. El “qué” es el hecho en sí, el “cuándo” ubica en el tiempo el momento en el que ocurrió, el “dónde” es el lugar, el “quién” sirve para identificar al o los protagonistas y el “por qué” ayuda a identificar sus efectos. Los docentes de periodismo suelen decir que, al responder a esas cinco preguntas, la nota se arma sola.
Pero esa fórmula no es suficiente. Una de las preguntas que se hace el periodista bisoño, antes de enfrentarse a las cinco de Kipling, es ¿qué hecho es noticia y qué hecho no lo es? Para ello existen fórmulas que se agrupan bajo el nombre de “factores de interés periodístico” cuyo número varía según el autor pero se repiten en sus nociones básicas. Así, un factor de interés periodístico es la actualidad; es decir, la condición temporal de un hecho que es más actual cuando es más reciente. Otro es la trascendencia, el alcance que tiene ese hecho, su valor para un sector o la sociedad entera. Entre los que se repiten en la mayoría de los manuales de periodismo están la proximidad del hecho, su magnitud y el factor conflicto, aquel que obliga a los periodistas a informar constantemente de pugnas, rencillas y violencia.
Otro elemento que obliga a plantearse dilemas éticos es el de la prominencia, el factor que hace que veamos a hechos o personas por encima de otros. Así, si Juan José Toro se enferma, eso no es noticia porque es un hecho vulgar y silvestre pero si el que se enferma es Evo Morales, entonces el hecho aparecerá como apertura en todos los medios del país.
Por estos días en que el hemisferio occidental soporta el invierno, Nelson Mandela está enfermo. El planeta entero está pendiente de su salud y los enviados de centenares de medios se han instalado frente al hospital donde está internado para no perder detalles sobre su enfermedad.
Su hija mayor, Makaziwe Mandela, expresó su repudio por la conducta de los medios. “Son como buitres esperando a que el león se acabe de comer el búfalo, a hacerse con lo que queda del cadáver”, dijo y tiene razón.
Sí. A veces, muchas veces, los medios parecen buitres esperando que sucedan los acontecimientos pero, en éste como en otros casos, no tienen más remedio que proceder de esa forma porque Nelson Mandela no sólo es prominente. Aun así, en su lecho de enfermo, él es un prominente entre los prominentes y al mundo le interesa saber lo que pasa con su salud. Es cierto… la vigilancia aparentemente carroñera de los medios lastima la sensibilidad de su familia, pero eso no le quita su prominencia, su grandeza ni su valor para la humanidad.
Si yo estuviera allí, vigilando frente al hospital, me quedaría esperando el feliz o trágico desenlace. Y no es que sea buitre… soy simplemente Toro.