EDITORIAL

Recrear referentes ético-morales

Recrear referentes ético-morales

Es necesario que las autoridades comprendan que deben reconducir su forma de actuar para su propio beneficio y el de la gente

Entre las causas de la crisis del sistema político-partidario construido desde 1982 –que culminó en su derrocamiento en 2003—, además de la crisis económica interna e internacional que se tuvo que enfrentar, se encuentra la poca relación entre el discurso y la gestión concreta; los niveles crecientes de corrupción e impunidad; y que encerrado en sí mismo, era incapaz de entender los mensajes de reconducción que la ciudadanía le mandaba.
En las últimas semanas se ha denunciado varios hechos que muestran el deterioro de los principios fundamentales que, enarbolados por el MAS, hicieron posible llegar al gobierno y administrarlo por más de siete años continuos, con una reelección de por medio.
Se trata de irregularidades en la ejecución del programa presidencial “Evo Cumple” que no sólo muestran actos de corrupción sino la incapacidad gubernamental de hacer un estricto seguimiento de su administración.
Otra, sobre el uso de inmorales y autoritarios métodos para eliminar la resistencia de los pueblos del Territorio y Parque Nacional Isiboro-Sécure a la construcción de una carretera entre Cochabamba y Beni que lo atraviese. El gobierno y dos de sus principales aliados, los productores de coca y los colonizadores, ahora denominados interculturales, están empecinados en esa construcción para lo cual intentan cooptar con regalos o represión a las comunidad de la zona, incluyendo la infiltración en la VIII Marcha Indígena de agentes de policía para radicalizar la movilización y, de esa manea, crear las condiciones para una violenta represión, o vulnerando sus propios conceptos de justicia comunitaria.
También al desvelamiento de más información sobre la conformación de una red de abogados de varias reparticiones ministeriales, incluyendo algunos representantes nacionales, para ejecutar decisiones de represión política a través del Órgano Judicial y el Ministerio Público, red que en luego se convirtió en un mecanismo de extorsión económica. La filtración de documentos comprometedores provocó que, incluso, los cabecillas de ese grupo sean trasladados arbitrariamente a centros penitenciaros sin autorización de juez competente, pero también que se reconozca la existencia de un gabinete de análisis jurídico hasta ahora negado. Además, estas filtraciones dejan sin mayor sustento los procesos en contra de dirigentes políticos, cívicos y gremiales opositores al régimen.
Por último, la decisión del Órgano Ejecutivo de comprar aviones poco aptos para la defensa nacional y las emergencias, que son los rubros que se usa para justificarla. De hecho, hay mucha similitud, pero en una magnitud bastante más elevada, con la irregular compra de un avión Beechcraft en la gestión de Hugo Banzer y Jorge Quiroga con recursos de Defensa Civil pero para ser asignado a la Presidencia de la República.
Además, resulta altamente preocupante que la reacción de las autoridades ante tales revelaciones sea similar a la que tuvieron, en su momento, los voceros del viejo sistema político-partidario ante denuncias incluso de menor impacto, sin entender que de esa manera dan muestra de su alejamiento de una ciudadanía que mayoritariamente confió en ellas.
Es pues tiempo de que las autoridades comprendan que para su propio beneficio y el de la gente, deben reconducir esta forma de actuar, y generar referentes ético-morales indispensables para el buen ejercicio democrático del poder.