¿Terminal o terminales de buses?
¿Terminal o terminales de buses?
Gastón Solares Ávila.- Bien, señor Alcalde. Ojala mantenga su posición hasta lograr que se hagan tres terminales de buses en lugar de una sola. En esta columna, primero el 22 de agosto del año pasado y después el 23 de enero de este año, me referí a este importante tema sugiriendo, precisamente, la conveniencia de construir más de una por los argumentos que cité en esa oportunidad y que, sintéticamente, reiteraré hoy.
Sucre es una ciudad diseñada y construida hace muchísimos años, cuando era apenas una villa. Sus calles y su hermoso centro histórico no permiten la circulación de grandes vehículos. Ahora, con una población que seguramente es de alrededor de 300.000 habitantes, es necesario planificar su crecimiento evitando la concentración y, sobre todo, la saturación de tráfico y de actividades.
Alguien dijo que la experiencia no es otra cosa que la suma de nuestros errores. Por tanto, es necesario evitar que se repita lo que ocurre hoy. No es solamente la Terminal la saturada, sino toda el área que está caracterizada, además, por el desorden y la suciedad. Una de las grandes dificultades de Sucre es que carece de terrenos de gran superficie y esa limitación obliga a ser más cuidadosos en las decisiones.
La distribución de pasajeros según su destino hará que la ciudad crezca en diferentes direcciones y que la actividad económica se distribuya racionalmente. El sector del transporte público será el primer beneficiado. Obviamente, el tamaño de cada Terminal debe estar determinado por el estudio, que seguramente ya existe, sobre el movimiento de pasajeros y los proyectos deben permitir la construcción parcial de la obra, para que las ampliaciones se efectúen en la medida en que las necesidades lo requieran.
El costo de las tres será por supuesto mayor que si se construye solamente una, pero no el triple porque serán más pequeñas, pero dotadas de todas las facilidades que demande el funcionamiento de un servicio importante, como es el transporte terrestre de pasajeros y carga.
Son ciertamente las razones económicas y las de beneficio colectivo las que tienen que definir cuántas terminales se construyen y dónde, obviamente teniendo en cuenta la disponibilidad de terrenos y los accesos, dejando las famosas presiones y movilizaciones a un lado porque la única fuerza que deberíamos tomar en cuenta es la fuerza de la razón.
Lamentablemente, este país está acostumbrado a resolver sus problemas por presiones y no gana el sector que tiene razón, sino el que tiene más peso. Los malditos bloqueos nos hacen daño desde hace muchos años y se han convertido en un arma poderosa, difícil de combatir. Si los bolivianos no estamos bloqueando, estamos bailando, pero en las calles, por lo que ambas cosas son, en realidad, lo mismo.
Está muy bien que las autoridades escuchen sugerencias, pero una cosa son sugerencias y otra, muy distinta, las presiones. Todos tenemos derecho a opinar y nadie debería tener derecho a impedir el libre tránsito de las personas, que es un derecho establecido en la Constitución del Estado boliviano.
Buscar el consenso es bueno, pero se está exagerando porque no puede ser que todo el mundo tenga que ser parte de la decisión, porque eso corresponde a las autoridades que tienen que ser firmes y pensar sólo en el bien colectivo, ignorando los caprichos y presiones de quienes aprovechan su condición política o de líderes circunstanciales, para ejercer derechos que van en contra de la racionalidad y del progreso armónico de la ciudad. Es indudablemente algo difícil de lograr, por los malos hábitos que hemos adoptado en Bolivia, pero mientras hayan más autoridades que le pongan el cascabel al gato, será posible recuperar las característica de todo país civilizado.
Bien señor Alcalde, ya se hicieron los estudios y las consultas para decidir el tema de la o las terminales de buses, ha llegado la hora de tomar decisión y en mi opinión está usted en el camino correcto. El tiempo le dará la razón.
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