Los jugadores de Atlético Mineiro celebran el triunfo y la adjudicación, por primera vez, del título de la Copa Libertadores.
Los jugadores de Atlético Mineiro celebran el triunfo y la adjudicación, por primera vez, del título de la Copa Libertadores.

FÚTBOL El equipo brasileño se alzó, por primera vez en su historia, con el título de la Copa Libertadores de América

Buen sorbo de Copa

Buen sorbo de Copa

Río de Janeiro / EFE

El Atlético Mineiro se alzó anoche con su primera Copa Libertadores en una dramática tanda de penaltis, con aires de gesta, después de haber remontado con pundonor y sufrimiento los dos goles que tenía de renta el Olimpia (2-0).
El equipo de Ronaldinho tuvo que vivir una nueva eliminatoria de aires épicos, decidida desde los penaltis, a las que parece haberse acostumbrado en esta Libertadores.
Se clasificó a las semifinales gracias a un penalti salvado en el descuento ante el Tijuana y necesitó acudir a los lanzamientos de 11 metros contra el Newell’s para acceder a la fase decisiva.
La final no podía haber sido diferente, tuvo que levantar los dos goles encajados en Asunción en la ida y lo hizo sobre la campana, con un remate de cabeza de Leonardo Silva a cuatro minutos del final, que se sumó al tanto inicial de Jô (m.46), fruto de un fallo defensivo.
La primera parte fue del Olimpia, que ató las manos del Atlético Mineiro con un dibujo totalmente defensivo, pero el equipo brasileño, liderado por un Ronaldinho intermitente, terminó imponiendo su técnica y su superioridad física en la segunda mitad.
En una prórroga emocionante, a pesar de contar con un hombre a más por la expulsión de Julio Manzur, el Atlético malogró sus ocasiones y volvió a decidir su suerte desde el punto de cal.
El Olimpia fue a Belo Horizonte dispuesto a vender cara su piel y por ello, el técnico Ever Hugo Almeida planteó una línea de cinco defensas que complicó mucho la labor al equipo brasileño que vio frustrados sus planes de reventar el partido desde el comienzo.
El delantero Diego Tardelli se vio forzado a alejarse del área, a retroceder muchos metros para recibir balones y dar apoyo al juego en el centro de la cancha.
El nerviosismo del conjunto brasileño era evidente al superar la media hora de juego: balones rifados, remates prematuros, la tensión a flor de piel palpable en cada encontronazo con los paraguayos y también, el inquieto roer de uñas de Cuca al borde del campo, eran síntomas claros de la ausencia de buenas ocasiones de gol.
Las situaciones cambiaron nada más comenzar la segunda etapa fruto de un fallo defensivo de Wilson Pittoni, que resbaló en el área permitiendo el remate de Jô que significó el primer gol.
A partir de ahí, el Atlético Mineiro creyó por primera vez en sus posibilidades de llevarse el trofeo y se puso a atacar en oleadas.
En los últimos minutos el Mineiro se instaló en el área asuncena y sólo las prisas, los nervios y los reflejos del guardameta Martín Silva aplazaron el desenlace.
A renglón seguido, la entrega de los brasileños dio resultado con el gol de Leonardo Silva que forzó el alargue. El partido se encaminó a los penaltis, en los que Víctor paró el primero y Giménez envió al poste el decisivo.

LA OTRA MIRADA

ESTADIO LLENO. El partido de vuelta de la final de la Copa Libertadores, se jugó en el estadio Mineirão de Belo Horizonte ante cerca de 63.000 espectadores.
SOLIDARIDAD. Se guardó un minuto de silencio por el fallecimiento este martes del legendario lateral derecho brasileño Djalma Santos.
PENALES. 4-3. 0-0: Miranda, parada. 1-0: Alecsandro, gol. 1-1: Ferreyra, gol. 2-1: Guilherme, gol. 2-2: Candía, gol. 3-2: Jô, gol. 3-3: Aranda, gol. 4-3: Leonardo Silva, gol. 4-3: Giménez, fuera.
GOLEADORES. El brasileño Jo se consagró como máximo goleador al lograr siete goles en total de la Libertadores.