¡Revolución en Bolivia!

¡Revolución en Bolivia!

Gary Antonio Rodríguez Álvarez.- Nada hay más devastador en esta vida que la pobreza extrema, siendo que atañe al hombre mismo y que destruye las vidas de los que están en tal condición. Así pienso y siento y por ello abordo otra vez este tema convencido de que su solución es posible, mucho más en un país con un gran potencial productivo por desarrollar, como Bolivia.
"Extrema pobreza aún golpea a 2,5 millones", decía la nota (El Deber, 22/JUL/13), informando que pese a todos los esfuerzos en materia social de todos estos años, según el Censo del 2012 la miseria en Bolivia afecta aún a casi un cuarto de la población, cifra similar a la de la Unicef y el Mapa de la Pobreza del INE del 2001, como se dio a conocer en la Mesa Redonda "La Ruta de la Agenda Productiva-Público Privada" compartida por altos dirigentes empresariales con la Ministra de Producción y Economía Plural, de cuya participación destaco: a) El sincero diagnóstico de tan triste situación; b) Que el Gobierno esté determinado a acabar con la pobreza extrema hasta el 2025; y, c) Que la estrategia pase por crear más empleos con más inversión pública y privada. ¡Muy bien! Generar empleo es vital y –precisamente– el sector agroproductivo boliviano acaba de ofrecer invertir 13.000 millones de dólares para triplicar e industrializar la producción de alimentos, para con ello crear más de un millón de nuevos empleos hasta el 2025.
El derrotar la pobreza exige de los estadistas, más que de los gobernantes: la firme determinación de hacerlo; una gran imaginación para emprender acciones valientes; el convencimiento de apostar por un cambio virtuoso; y, la suma de voluntades y capacidades de todo el Estado para lograrlo con una estrategia de desarrollo donde cada quien esté dispuesto a dar lo mejor de sí, sabiendo que no será fácil hacerlo en poco tiempo por los factores atávicos, culturales y estructurales por superar con políticas de Estado que –por el bien mayor– deberían trascender los gobiernos y votos del electorado.
¿Queremos que la gente se acueste sin hambre? ¿Que al despertar tenga la certeza de un empleo digno? ¿Que todos los bolivianos vivamos bien? Para abatir la pobreza hay que pensar seriamente en ¡una nueva revolución en Bolivia! Una "Revolución Verde" que con la ciencia, el riego y la tecnología mejore la productividad del agro y que al mismo tiempo induzca la producción económicamente viable, ambientalmente sostenible y socialmente responsable. Si Israel lo hizo hasta convertir el desierto en un vergel, ¿por qué Bolivia no?