DIRECTOR. Juan Carlos Valdivia durante su participación en el Festival de Cine de Derechos Humanos.
DIRECTOR. Juan Carlos Valdivia durante su participación en el Festival de Cine de Derechos Humanos.

UNA PELÍCULA QUE ABORDA EL MUNDO GUARANÍ

Juan Carlos Valdivia habla sobre su última producción

Juan Carlos Valdivia habla sobre su última producción

El director considera que el cine boliviano atraviesa por un periodo de efervescencia, pero que el resultado aún es incierto

Juan Pedro Debreczeni

La cosmovisión y filosofía del mundo guaraní se abordan en la nueva película del director boliviano Juan Carlos Valdivia, “Yvy maraey” (Tierra sin mal). Es el proyecto más importante de su carrera, según el mismo artista y forma parte de un periodo reflexivo de arte comprometido con la realidad nacional.
Juan Carlos Valdivia participa del Festival de Cine de los Derechos Humanos en Sucre en calidad de presidente del jurado y a propósito de su visita a la ciudad accede a hablar de cine y sus nuevos emprendimientos.
“Es importantísimo que haya espacios para ver cine alternativo, cine con otros contenidos que no sea el cine comercial, cada vez este cine entra con más fuerza a Bolivia y es muy importante que formemos públicos con más capacidad de discernir los contenidos que se les presenta. A veces ya no sabemos por qué estamos viendo esas películas, para qué…”, reflexiona.
Con motivo del Festival de Cine, afirma que además de la proyección de las películas, es importante dar cabida a los debates y que el público pueda aproximarse a los cineastas y discutir los elementos de cada obra cinematográfica.


RADIOGRAFÍA DEL CINE BOLIVIANO
“Hay algo en el aire, algo que todavía no ha pasado, pero que puede pasar. Creo que hay nuevas generaciones con inquietudes, con nuevas herramientas, con nuevos lenguajes y modos de difusión que están prontos a entrar en la industria”, vislumbra.
Sobre el cine boliviano, asume que el problema no son las ideas, la creatividad, ni la capacidad de producción, sino hacerlo de manera profesional. “Hace falta la creación de una plataforma donde tengamos contenidos propios, donde tengamos vínculos sólidos con la cinematografía de otros países y donde –porque no decirlo– desarrollemos un estilo de cine boliviano por más amplio que este pueda ser en un país tan diverso como el nuestro”. “¿Cuál es el cine boliviano ahora? Es una interrogante abierta”, afirma aunque reconoce que algo está pasando; “hay una efervescencia”.
¿Qué sucede con la Cinemateca Boliviana? ¿Qué opinas sobre la posibilidad de una estatización?
“La Cinemateca no puede ser estatal porque es una Fundación privada que me parece que no se puede estatizar. Lo que puede hacer el Estado es crear otros instrumentos, otras instituciones para que hagan las labores. La Cinemateca es una institución que nació de los cineastas y se maneja con sus propios recursos y lo ha hecho de una manera admirable con el poco apoyo que ha recibido. Entonces, me parece que ha sido injustamente cuestionada una institución que tiene una enorme reputación; es una de las mejores cinematecas en América Latina”, sostiene.


NUEVA LEY DE CINE
Sobre este punto comenta que ya era hora de renovar una ley de cine en función del contexto actual boliviano y dice que es importante que las nuevas generaciones de cineastas se involucren en la elaboración de la misma.
Sin embargo, aclara que no se debe esperar que la ley solucione todos los problemas del cine boliviano, pues solamente será una plataforma que consolide ciertos mecanismos de regulación del cine y así funcione de mejor manera. Esto no debe hacer perder de vista que el proceso de creación del cine es muy complejo y requiere un gran esfuerzo de parte de todos los actores involucrados en la producción. “La ley es una cosa que nos protege”, apunta.

Reconocimiento

Debo admitir que Jorge Sanjinés ha empezado el camino que yo estoy recorriendo ahora”.
Juan Carlos Valdivia
CINEASTA