VIOLENCIA. Partidarios y detractores del depuesto presidente Mohamed Morsi se enfrentan.
VIOLENCIA. Partidarios y detractores del depuesto presidente Mohamed Morsi se enfrentan.

PARTIDARIOS DEL DEPUESTO PRESIDENTE SE ENFRENTARON A LA POLICÍA

Egipto: Jornada violenta reporta unos 60 muertos

Egipto: Jornada violenta reporta unos 60 muertos

La comunidad internacional pide garantías para las protestas pacíficas

El Cairo/Agencias

La capital egipcia experimentó ayer una de las jornadas más sangrientas de su turbulenta transición. Al menos 60 partidarios del presidente islamista depuesto, Mohamed Morsi, murieron en una durísima batalla contra las fuerzas de seguridad en los alrededores de la mezquita de Rabá al-Audawiya, centro neurálgico de las movilizaciones organizadas por los Hermanos Musulmanes para forzar al ejército a restituir a Morsi en la presidencia del país.
Los disturbios ocurrieron tras el ultimátum de 48 horas dado a la Hermandad para que se sumara a su hoja de ruta, y sólo unas horas después de que cientos de miles de personas expresaran su apoyo al Ejército en su lucha “contra el terrorismo”.
Las versiones y cifras de las autoridades y de la Hermandad son discordantes. Mientras el Ministerio de Sanidad afirmaba que hubo 65 víctimas mortales y 708 heridos, un portavoz de la Hermandad elevaba a 66 el número de personas fallecidas, además de 61 “clínicamente muertas” y 4.500 heridos. Por su parte, fuentes médicas del hospital provisional montado en un edificio adyacente a la mezquita hablaban de más de 130 muertos. De acuerdo con los testimonios de los activistas islamistas, la agresión de la Policía se inició sin que mediara provocación alguna. “Había muchísima gente aquí. De repente la Policía empezó a atacarnos, primero con gases lacrimógenos, y luego con disparos. Fue una auténtica carnicería”, comentó Shakir Mahmud, un profesor de 36 años de la provincia de Minia, mientras yacía en la mezquita con tres balines incrustados en la espalda. La sala principal del recinto estaba llena de heridos leves. Los pacientes críticos fueron trasladados a los hospitales de la zona.
Tras una batalla campal que se alargó por más de cinco horas, la amplia avenida Násser, seccionada por al menos una decena de trincheras construidas con adoquines, quedó prácticamente desierta. En el suelo se veían restos de sangre, cristales rotos y carteles de Morsi hechos trizas. El olor a gases lacrimógenos era intenso, sólo disimulado por el humo que desprendían los rescoldos de varias fogatas.


RECHAZAN LA VIOLENCIA
Entretanto, el vicepresidente egipcio de Relaciones Exteriores, Mohamed el Baradei, condenó ayer "el uso excesivo de la fuerza" y la muerte de personas en los disturbios.
A través de la red social Twitter, el Baradei rechazó "rotundamente el uso excesivo de la fuerza y la caída de víctimas", durante los choques entre manifestantes y policías en las inmediaciones de la plaza de Rabea al Aduiya, donde los islamistas mantienen una acampada.
El Baradei agregó que trabaja "con todos los esfuerzos y en todas las direcciones para acabar con los enfrentamientos de forma pacífica".
Por su lado, el Consejo de Defensa Nacional egipcio, encabezado por el presidente interino Adli Mansur, se reunió ayer para abordar la situación de seguridad en el país, tras los disturbios en El Cairo.

Preocupación

La comunidad internacional pidió a las autoridades egipcias garanticen el derecho a realizar protesta en forma pacífica. Portavoces de Estados Unidos y la Unión Europea manifiestaron su preocupación por la violencia que se registró.