EDITORIAL
La economía nacional entre los elogios y la cautela
La economía nacional entre los elogios y la cautela
Tan importante como la visión optimista de la Cepal sobre la economía nacional, es la advertencia que hace sobre un posible fin de la bonanza
Una buena noticia más, que se suma a una ya larga serie de elogios provenientes de los principales organismos financieros del mundo, entre los que se destacan los más recientes informes del Banco Mundial (BM) y del Fondo Monetario Internacional (FMI) le ha sido dada a nuestro país durante los últimos días, esta vez por la Comisión Económica para América y el Caribe (Cepal). En efecto, según el Balance Económico Actualizado de América Latina y el Caribe 2012, divulgado durante la pasada semana, Bolivia se destaca en el contexto latinoamericano por ser uno de los que tres países con mejor desempeño. Cerrará la gestión actual, según esas previsiones, con un crecimiento de su Producto Interno Bruto (PIB) de 5%, sólo por detrás de Paraguay y Perú que crecerán 10,0% y 6,0%, respectivamente.
Las buenas calificaciones a la gestión económica del gobierno nacional ya no son novedosas. Como se recordará hace pocas semanas nuestro país recibió la visita del vicepresidente del BM para América Latina y El Caribe, Hasan Tuluy, quien, después de hacer un análisis y una evaluación de la situación de la economía nacional y de sus proyecciones hacia el futuro dio más de un motivo de satisfacción a las autoridades gubernamentales y al país en general.
Igualmente elogiosos fueron los términos con los que hace algún tiempo importantes representantes del FMI se refirieron en un informe sobre la manera como el Gobierno actual está administrando la economía nacional. Al entrar en detalle sobre los factores que explican el relativamente buen desempeño de la economía latinoamericana en general, y boliviana en particular, la Cepal identifica dos factores principales: Primero, el dinamismo de la demanda interna respaldado por la persistencia del incremento del consumo como consecuencia de los mejores indicadores laborales y del aumento del crédito bancario al sector privado y, en menor medida, de la inversión. Y segundo, el mantenimiento en niveles altos de los precios de las materias primas, los que si bien han comenzado a dar las primeras muestras de una tendencia descendente, todavía se mantienen suficientemente altos como para mantener la bonanza de países que, como Bolivia, tienen en la exportación de esos recursos su principal fuente de sustento.
La visión optimista de la Cepal sobre el futuro inmediato de la economía regional y nacional, sin embargo, viene acompañada de una muy importante advertencia que no debe pasar desapercibida. Es que, coincidiendo con muchas proyecciones similares, considera que este puede ser el último año de una bonanza que estaría a punto de llegar a su fin. Por eso, recomienda a los países latinoamericanos, pero sobre todo a los que como Bolivia tienen muy altos grados de dependencia de los altibajos de los precios de materias primas en los mercados internacionales, que tomen sus recaudos y se preparen para afrontar de la mejor manera posible la previsible llegada de la época de las vacas flacas.
Y es al llegar a este punto que el panorama deja de ser tan halagüeño como todos quisiéramos, pues no hay indicios de que las recomendaciones de los organismos internacionales estén siendo debidamente atendidas.
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