PONENCIAS. Los expositores Sergio González (Chile), Carolina Figueroa (Chile) y Stephanie Vargas (Bolivia) en la mesa temática.
PONENCIAS. Los expositores Sergio González (Chile), Carolina Figueroa (Chile) y Stephanie Vargas (Bolivia) en la mesa temática.

LA OLIGARQUÍA CHILENO-BOLIVIANA NEGOCIÓ EL TRATADO DE 1904

Congreso académico nutre reflexión histórica marítima

Congreso académico nutre reflexión histórica marítima

Cientos de bolivianistas de diversos países se reúnen para compartir sus investigaciones en 35 mesas temáticas que concluyen mañana

Juan Pedro Debreczeni

La oligarquía chileno-boliviana impulsó y negoció el tratado de 1904 con el que se selló la mediterraneidad de la nación. Esta reflexión surgió de una de las mesas del Congreso de Estudios Bolivianos, durante su segunda jornada de sesiones en Sucre.
Con 35 mesas de trabajo instaladas en el ABNB, MUSEF y Biblioteca Gunnar Mendoza, el intercambio académico es por demás enriquecedor.
Ayer, en la mesa “Historia transfronteriza Bolivia norte grande de Chile”, en el periodo de análisis (1825-1904), se presentaron cuatro ponencias que abordaron diferentes aspectos referidos a poblaciones que anteriormente formaron parte del territorio boliviano: Tarapacá y Cobija, además se expuso análisis sobre la religiosidad en esos territorios, tratados y gestiones de la diplomacia chileno-boliviana que encontraron su punto culminante en el tratado de paz de 1904.
Entre las exposiciones “más actuales” y vinculadas a la coyuntura, destacó “El Norte Grande de Chile y proyección transfronteriza en el marco del Tratado de Paz y Amistad de 1904” de Sergio González, director del Instituto de Estudios Internacionales (INTE) de la Universidad Arturo Prat de Chile.
Explicó el contexto en los territorios salitreros y cómo el mencionado tratado definió la futura dinámica social de esa región. “Difícilmente se podría afirmar que la región salitrera no tuvo influencia alguna en las decisiones políticas y diplomáticas que se tomaron en Bolivia y Chile para buscar soluciones el litigio iniciado en 1879”, apuntó.
No obstante, dijo que la influencia más importante fue la de empresarios chilenos y bolivianos. Así, del lado boliviano, citó a los oligarcas mineros Aniceto Arce, Gregorio Pacheco y Félix Avelino Aramayo, que vieron en el tratado de 1904 una oportunidad comercial. Pero además éstos tuvieron una importante participación diplomática, sobre todo Aramayo, que en 1902, fue nombrado por el presidente José Manuel Pando, como representante confidencial ante el Gobierno chileno para solucionar el conflicto del Pacífico.
A partir de sus investigaciones, González sustentó que Aramayo “pavimentó el acuerdo desde su perspectiva desarrollista”. “Bolivia perdía así, lamentablemente, su litoral, pero recibía a cambio recursos financieros e infraestructura necesaria para su inserción en el mercado internacional”, afirmó.
El académico encontró además ciertas coincidencias con el tema de la única boliviana en la mesa, Stephanie Vargas, de la Universidad de San Andrés, que desarrolló el tema “Chile y Bolivia entre la diplomacia y la paradiplomacia (1850-1879)”. En ambos casos, se infirió en que fue la oligarquía chileno-boliviana la que negoció el polémico tratado de 1904.