DESDE LA TIERRA
Un Snowden boliviano
Un Snowden boliviano
Lupe Cajías.- Edward Snowden, consciente de lo que enfrentaría, eligió burlar su juramento de lealtad funcionaria para develar asuntos que consideraba valiosos para un fin social (y moral) superior: el derecho de los ciudadanos a saber cómo son espiados y controlados por un sistema implacable y sin fronteras.
No era una novedad el hecho, sino la dimensión y el alcance del ojo de la seguridad del estado estadounidense detrás de informaciones tan sencillas como una foto amorosa, un fiesta con marihuana o un interés por los héroes populares palestinos. Hace tiempo que los registros federales almacenan datos de una persona como su foto en una manifestación estudiantil, cualquier arresto o si estuvo en un accidente de tránsito; el padre de una novia, por ejemplo, puede hacer seguimiento hasta el dato más íntimo de su futuro yerno.
Los temas divulgados por el ex espía iluminaron los pasadizos donde se seguían a autoridades de otros países, los diálogos internos de un gobierno “amigo”, sus avances tecnológicos y los correos electrónicos de millones de internautas. A nombre de lucha contra el terrorismo, Estados Unidos violentó los derechos individuales más preciados.
Snowden logró contar su historia a través de la prensa independiente inglesa y periodistas valientes desde triángulos tan complejos como Sao Paolo- Londres- Hong Kong y correos encriptados que son parte del sofisticado mundo globalizado.
¿Podría existir un Snowden boliviano? Los ciudadanos nacionales conocemos sólo algunos escapes del sistema de seguridad boliviano, como la difusión de correos electrónicos de diplomáticos estadounidenses en nuestro país o el seguimiento a las llamadas telefónicas de los líderes indígenas no cocaleros.
¿Existirá un Snowden que cuente cómo el Ministerio de Gobierno sigue los pasos a la diputada Marcela Revollo, por ejemplo? ¿Se conocerá algún rato los nombres de los verdaderos jefes en medios paraestatales?
¿Se animará el Snowden boliviano a revelar qué sabe Álvaro García Linera sobre la frustrada represión en Chaparina? ¿Contará que roles cumplen asesores extranjeros en la televisión estatal, en seguridad, en ejercicios “de frontera”?
¿Existiría todavía un periodista valiente para difundir lo relatado? ¿Encontrará un editor que lo respalde? ¿Podrá algún periódico divulgar esas declaraciones? ¿No será inmediatamente procesado?
¿Respetará el gobierno el derecho al asilo? ¿Descubrirán finalmente las autoridades cómo funcionan los salvoconductos? ¿Encontrará refugio este delator en alguna capital de los países del ALBA?
|