EDITORIAL

Un 6 de agosto diferente

Un 6 de agosto diferente

El mensaje de este 6 de Agosto es que la pertenencia a Bolivia sigue siendo el vínculo esencial de la población. Esta es nuestra patria.

El 188 aniversario de la creación de Bolivia presenta un elemento que ratifica la decisión de los padres de la Patria de fundar una nación soberana que busque un destino propio.
De acuerdo a los cuestionados resultados del Censo de Población y Vivienda 2012, un 58 por ciento de la población afirma no pertenecer a ningún grupo étnico del país. Se infiere que prevalece la bolivianidad. Es decir, hay una mayoría contundente que se siente unida por el lazo de lugar de nacimiento, antes que por una identidad étnica específica.
Se trata de un cambio importante en relación al Censo de 2001, cuando un 63 por ciento declaraba una identidad étnica, resultado que junto a las luchas que encabezaron los dirigentes aymaras, hizo que el Movimiento al Socialismo (MAS) y sus principales dirigentes dejaran de considerar el tema indígena-originario como secundario en relación al discurso de clase. Por eso es que el MAS se fue apoderando del discurso indigenista y lo integró como una de sus principales banderas. Y por ello también se explica que en los últimos siete años, el discurso étnico haya sido dominante (aunque en la realidad haya habido muchos cambios). Sin embargo, los resultados que se comentan muestran que superada la profunda crisis económica que afectó al país hasta fines de 2006, el tema étnico recupera una dimensión racional, situación que ayudará a garantizar la unidad nacional y asumir que más allá de la retórica la gente quiere modernidad, respeto a la diversidad y desarrollo.
Es por esa razón que este 6 de agosto adquiere un significado que lo diferencia de las celebraciones de los pasados años: Hay una voluntad explícita y mayoritaria que quiere construir el país y está dispuesta a hacerlo, respetando las diferencias, pero situándolas en el lugar que les corresponden, que es el que permite enriquecer la participación ciudadana en un devenir común, a condición de que éste incluya amplia participación, equidad social, mejores condiciones de vida, y excluya de raíz cualquier discriminación por razón de identidad cultural.
En ese contexto, parece apresurada la condenatoria interpretación y calificación presidencial a estos guarismos como “desclasamiento o una mayor mentalidad colonizadora”. Además de faltar al respeto a una mayoría nacional, en la que, además, hay un elevado porcentaje que lo apoya, muestra una baja comprensión de los procesos que su gobierno ha ayudado a desatar.
Por lo señalado, el mensaje de este 6 de Agosto es que la pertenencia a Bolivia sigue siendo el vínculo esencial de la población, reconociendo que es diversa de manera que el ciudadano, hombre y mujer, se sienta boliviana, y su complemento regional o étnico.
Esta es nuestra patria.