¿De qué le sirve a Sucre ser Capital?

¿De qué le sirve a Sucre ser Capital?

Gastón Solares Ávila.- Es ciertamente emocionante celebrar el Día de La Patria y el proceso independentista de la América Hispana, que se inició precisamente en esta vieja y hermosa ciudad un 25 de mayo de 1809, fecha reconocida por todo historiador serio y responsable con lo verdaderamente ocurrido en el pasado. En La Casa de La Libertad, hace 188 años, o sea 16 años después del 25 de mayo de 1809, nació Bolivia a la vida independiente y soberana.
No fueron pues estériles los sacrificios de nuestros héroes, ni de los doctores de Charcas, ni de los hombres que pasaron por las aulas de San Francisco Xavier. En el Día de la Patria, cómo no recordar Moreno y Monteagudo, a nuestra heroína Juana Azurduy y su esposo Manuel Ascencio Padilla, que participaron con Antonio Alvarez de Arenales en la guerra independentista, época en la que Monteagudo agitaba al pueblo y Lemoine rajaba la campana de la Libertad, convocando a la rebelión. A hombres valerosos como los hermanos Zudañez, especialmente a Jaime, que traspasó las fronteras para participar de los procesos libertarios de otros países, como Uruguay donde descansan sus restos, son evocaciones que nos llenan de civismo, mucho más si uno respira el aire del lugar donde se firmó el Acta de la Independencia, que por sí solo nos transporta a ese histórico 6 de Agosto de 1825. Insólitamente, fue Bolivia el último país en lograr su independencia, a pesar de que en esta ciudad llamada entonces Chuquisaca, empezó a hacerse carne esa facultad humana de determinar los propios actos, sin injerencia de nadie.
Y hablar de fronteras o nacionalismo, resulta ilógico ahora y también antes, ahora porque estamos en una época en la que las fronteras tienden a perder importancia por ese proceso que se llama integración y por el cual podemos llegar a la patria grande, con la que soñó Bolívar. Antes, cuando Belgrano creó la bandera que no era solo para la Argentina, sino para la América del Sur y cuando la declaración de Tucumán tenía como fundamento la independencia de las provincias unidas de la América Hispana, proceso impulsado por Juan José Castelli, que también pasó por nuestra vieja Universidad donde conoció los ideales de la Revolución Francesa.
Se hablaba pues de una integración continental que debe continuar entre pueblos hermanos, pero siempre y cuando la base que sustente la justicia y la igualdad, sea tan sólida que no pueda verse afectada por las pasiones políticas de ideologías que pretenden siempre ser vencedoras de otras, como si alguna fuera dueña de la verdad.
El respeto mutuo, el respeto a las ideas de los demás y el afecto entre los ciudadanos de la América morena, permitirán alcanzar la ansiada integración en un ambiente de paz y de concordia, tan necesario para la vida del ciudadano universal.
La comisión que redactó la declaración de independencia, conformada por José María Serrano, Casimiro Olañeta, Manuel María Urcullo y José María Mendizabal, lleva la fecha: 6 de agosto de 1825, en honor a la batalla de Junín que se produjo un año antes. En su parte expositiva dice: “El mundo sabe que el Alto Perú ha sido, en el continente de América, el ara donde se virtió la primera sangre de los libres y la tierra donde existe la tumba del último de los tiranos”.
El homenaje principal a la Patria, debería ser siempre en La Casa de La Libertad, lo que no se opone a que en todo rincón boliviano se celebre un acontecimiento que pertenece a todos los bolivianos. Hay escenarios que deberían ser respetados siempre, especialmente aquellos en los que el civismo corre por las venas de todo ciudadano, que recuerda con cariño a esa estirpe de hombres y mujeres, gracias a los cuales tenemos hoy esta nuestra querida Patria, en la que siempre debe respirarse el aire de Libertad. Lamentablemente, parece que ahora tienen más importancia que la historia, los lugares en los que se cosechan más aplausos. ¿De qué le sirve a Sucre su condición de capital constitucional?