LA NOTICIA DE PERFIL

“El Masaje” Presidencial

“El Masaje” Presidencial

Paulovich.- En la agenda donde diariamente mi Pariente Espiritual escribe sus sugestiones sobre las tareas que yo debiera cumplir cada día, encontré una que dice “este 6 de Agosto debería usted prepararse para recibir el “masaje Presidencial” que el presidente Evo Morales practicará a todos los ciudadanos bolivianos el Día de la Patria”.
Tomando al pie de la letra las instrucciones de mi comadre cochabambina la esperé echado en mi diván para que la cholita cochabambina me practicara un masaje patriótico en todo el cuerpo, comenzando por mis “ttusus”, léase pantorrillas.
Mientras preparaba sus ungüentos, yo encendí mi aparato de radio para escuchar el “masaje presidencial” que transmitieron todas las emisoras del país, no por obligación, sino por el deseo de ofrecernos unos momentos de solaz esparcimiento.
Mientras el masajista radial saludaba con todo respeto a las autoridades presentes en el acto realizado en Cochabamba me sorprendió no escuchar un solo silbido o rechifla, lo cual llamó la atención de la rebelde quillacolleña quien decidió manifestar sus discrepancias con la política gubernamental del señor Evo Morales dejando mis “ttusus” a un lado, mientras me decía “esa unanimidad en los aplausos me parece sospechosa pues el más esclarecido de los gobernantes tiene opositores menos mal que en su casa, compadrituy, existe la mayor libertad de expresión, mientras le masajeo sus “ttusus”.
Cuando el Presidente dirigió unas palabras de amistad a su Ministra la señora Achacollo llamándola “suegra”, hasta mis rodillas se ruborizaron.
Cuando el presidente Evo Morales comenzó a tratar de leer algunas cifras que pasaban de centenas y miles de dólares y bolivianos, mi comadre comenzó a contar y recontar mis dedos de los pies y las manos, comentando discretamente: “el presidente Evo debería hacer lo mismo que yo”, invitándome a emitir una opinión al respecto, pero me abstuve de hacerlo porque en materia de números siempre fui malo.
Esta mi confesión de ser malo para leer las cifras numéricas irritó a mi comadre Macacha pues coincidió con el silencio que observó el presidente Evo de mostrar al pueblo boliviano las cifras correspondientes a la deuda externa e interna del Estado Plurinacional y Folklórico de Bolivia.
Yo me solidaricé con nuestro gobernante porque a nadie le gusta estar contando e informando a todos lo que él debe en un informe público transmitido por las radios para toda nuestra población.
Al escuchar esa mi opinión, la valerosa heroína cochabambina explosionó enfurecida y me dijo: “A ustedes los hombres bolivianos nunca les gusta pensar en lo que deben, pero yo no me olvido de cuánto me debe usted. Hoy nos quedamos sin saber las cifras de las deudas estatales, pero usted no se alegre de tal cosa porque yo tengo anotado en mis libros cuánto me debe usted”.
Hizo a un lado mis “ttusus”, arrojó sus ungüentos con que los frotaba y me dijo “felizmente el masaje presidencial ha concluido”.