OJO DE VIDRIO
Algo está cambiando en Bolivia
Algo está cambiando en Bolivia
Ramón Rocha Monroy.- Durante el almuerzo oficial por el 6 de Agosto en el Hotel Cochabamba, ¡exquisito!, unas damitas preciosas, que oficiaban como azafatas, corrieron tras de sus compañeras. Me encantó la expresión radiante de una de ellas que mostraba una foto que se había sacado con Evo Morales. Las otras le envidiaron y, aún más, le reclamaron por qué no las había llamado. Evo lucía impecable, y no sé si estrenaba o si siempre fue así, pero lucía con mayor aplomo que de costumbre.
No dejé de pensar que algo está cambiando en Bolivia y que es un ejercicio inútil, ahistórico, oponerse a esos cambios. Al contrario, habría que aceptarlos con esa inocencia y esa expresión de la damita de quien hablo, sin prejuicios y como una cosa antigua, como si la República se hubiera fundado sobre verdaderas bases de igualdad e inclusión de todos los bolivianos.
Estos días fueron llenos de emociones. Durante la sesión de la Asamblea Legislativa en Cochabamba, el vicepresidente García Linera leyó un trabajo suyo en ese tono más próximo al docente que al político, pleno de rigor conceptual para interpretar la historia de Bolivia, que tantos remiendos y reescrituras necesita. Me gustó la respuesta a quienes, ¡hoy!, se consideran mestizos cuando antes eran cawalleros: todos somos mestizos, pero el mestizaje no es una identidad. Por eso habemos bolivianos y bolivianos indígenas, y estamos tratando de construir juntos una nueva patria.
Luego vino la palabra cálida del Presidente, que ratificó las bases de algo en lo cual insisto: las críticas de la oposición son explicables a veces, pero superestructurales; por más que se esfuercen algunos economistas, no hay base sustentable para criticar el modelo económico, diseñado, !no lo olvidemos!, por dos profesores de la universidad pública, que sin duda genera un excedente apreciable en el alza de las recaudaciones tributarias, del ahorro y los préstamos en bolivianos, de la inversión pública y la demanda interna, claves del modelo que, junto al sector estatal de la economía, son, ante todo, lo contrario de la concepción neoliberal.
Vino el almuerzo y el comandante de las Fuerzas Armadas, Gral. Erwin de La Fuente Jeria, me confirmó que se había hecho una edición de “Potosí 1600” para repartirla en forma gratuita, me imagino que al pueblo de Potosí y a quienes determine el Alto Mando. Me anunció también que en ese acto, que se celebró este 7 de agosto, en Potosí, me condecorarían. Lástima que por el feriado no pude conseguir pasaje y tuve que lamentar lo difícil que es llegar a esa ciudad hermosa, pues hay que volar a Sucre y de allí seguir por tierra; pero una vez más pienso que algo está cambiando en Bolivia, algo profundamente democrático, pues el presidente Evo Morales, quizá interpretando lo que sentimos los bolivianos, es muy respetuoso con la imagen del Che Guevara, pero también con una institución nacional fundada por Sucre, pero nacida de las entrañas de la guerrilla independentista, como son las Fuerzas Armadas.
La prueba mayor la dio Evo con la defensa a los tres conscriptos capturados por los Carabineros de Chile en la frontera, y acusados de portar armas de guerra, como si tres adolescentes pudieran agredir la soberanía de un país. La firmeza y la dignidad con que Evo los defendió, rescató y condecoró, reafirma el orgullo y el sentimiento de dignidad bolivianos, mucho más si eran oriundos de Challapata, es decir, del medio rural, al punto que cualquiera de ellos podía haber sido ese adolescente que un día sirvió a su patria y era PM y se llamaba Juan Evo Morales.
Por un lado, su adhesión incondicional a las Fuerzas Armadas; por el otro, el respeto que guarda por la imagen del Che. Claro, hay nuevas generaciones que ya superaron los odios de hace más de 40 años.
Algo de eso hay en el gesto del Gral. Erwin de La Fuente, y en su iniciativa de hacer una edición gratuita de mi novela Potosí 1600. Le quedo muy agradecido, a él y a las Fuerzas Armadas.
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