TESTIMONIO. Caballero describe las peripecias que enfrentó en el caso Fancesa de 1990.
TESTIMONIO. Caballero describe las peripecias que enfrentó en el caso Fancesa de 1990.

EN EL CASO FANCESA DE 1990

Libro relata cruda vivencia judicial

Libro relata cruda vivencia judicial

La novela refleja el drama personal que vivió el autor, condenado injustamente

Sucre/CORREO DEL SUR

La vívida y dolorosa historia de Orlando Caballero Buitrago, víctima de un proceso judicial como funcionario de Fancesa se describe en el libro “El Tormento de la Justicia”. La obra, una muestra de la judicialización de la política y el manejo antojadizo de la cementera, se presenta mañana, a las 19:00, en el Archivo y Biblioteca Nacionales de Bolivia (ABNB).
El libro “El Tormento de la Justicia” refleja el drama personal y familiar que vivió el autor durante casi seis meses que permaneció recluido, primero en el penal San Pedro de La Paz y luego en la cárcel San Roque de Sucre, tras las acusaciones de las que fuera objeto en su condición de gerente Administrativo de la Fábrica Nacional de Cemento (Fancesa), en 1993.
Redactado en primera persona, el libro es además una conmovedora denuncia contra la mala administración de justicia, la judicialización de la política y las deplorables condiciones en las que viven los internos de los recintos penales del país, donde los Derechos Humanos de las personas son permanentemente pisoteados.
“Este libro resume la experiencia que me tocó vivir hace 23 años; una injusticia en el caso judicial Fancesa donde no sólo yo, sino otros tres compañeros de trabajo más fuimos involucrados alevosamente en un juicio que nos llevó a la cárcel seis meses, sufriendo los cuatro el tormento de la justicia, porque una vez que uno es cogido por los engranajes de la justicia, es triturado por los mecanismos judiciales que hacen sufrir a la persona y la familia”, expresó el autor.
Caballero fue anotando minuciosamente, junto con su esposa Marta González Pacheco, protagonista fundamental de esta historia, todos los detalles tras su detención y juzgamiento, hasta la conclusión del proceso que llevó inclusive algunos años después de su puesta en libertad.

El proceso creativo

Caballero relató que el periodo de encierro se convirtió en una verdadera lucha judicial para “demostrar que nunca habíamos sido culpables”. Escribir la historia le tomó dos años, y se fue escribiendo en base a los apuntes diarios que fue tomando en el presidio.