La atleta rusa Yelena Isinbayeva celebra su victoria en la final de salto de pértiga femenino en el Mundial de Atletismo que se celebra en Moscú (Rusia).
Un Oro sin récord en el adiós de Yelena
Un Oro sin récord en el adiós de Yelena
Moscú / EFE
Yelena Isinbayeva puso un broche de oro a su gloriosa carrera deportiva con su tercer título mundial de pértiga aunque no pudo regalar un nuevo récord a sus paisanos, que por primera vez en cuatro jornadas de los Mundiales casi llenaron el estadio Luzhnikí.
Quiso regalar a su público un nuevo récord mundial, el que habría sido el número 29 de su carrera, pero no pudo con los 5,07 cuando, sola en competición y tras haber celebrado su triunfo con saltos de alegría, intentó agradecer al público su apoyo con una nueva plusmarca.
Un salto de 4,89, ejecutado al primer intento, fue el registro ganador que permanecerá para la historia ligada al adiós de la “Zarina”, aun cuando haya dejado la puerta entreabierta a un posible regreso.
La estadounidense Jennifer Suhr, campeona olímpica en Londres, y la cubana Yarisley Silva, subcampeona, formaron una escolta de lujo para Isinbayeva en el podio, ambas con igual marca de 4,82 pero mejor concurso de la norteamericana.
El listón situado en 4,82 seleccionó a las tres medallistas porque sólo Suhr, Isinbayeva y la cubana Yarisley Silva pudieron con esa altura. Las tres atacaron los 4,89 con el podio asegurado.
Suhr y Silva se clasificaron por ese orden, como en los Juegos de Londres, donde empataron en 4,75 y el título se decidió por los saltos nulos, pero ayer las dos hubieron de rendir pleitesía a la reina Isinbayeva, que había sido bronce en la capital británica.
OTRAS PRUEBAS
La final de 400 devolvió la primacía al estadounidense LaShawn Merrit, campeón olímpico en 2008, que ejecutó al campeón mundial y actual titular olímpico, el granadense Kirani James, para conquistar su primer título mundial con 43.74.
En la final de 800, Mohamed Aman, de 19 años, aprovechó la ausencia por lesión del keniano David Rudisha, campeón mundial y olímpico, para dar a Etiopía el primer título mundial al batir en el último suspiro al estadounidense Nick Symmonds.
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