EDITORIAL

Comités de Defensa

Comités de Defensa

Por mandato constitucional y por experiencia histórica, las FFAA deben cumplir, estrictamente, la misión que les encomienda la Constitución

El comandante en jefe de las Fuerzas Armadas (FFAA) ha declarado que hasta fin de año se crearán Comités de Defensa Patriótica con organizaciones sociales, con las que se establecerá una “alianza estratégica”. Previamente, explicó, de acuerdo a la revista Oxígeno, que las FFAA deben estar “a la par del proceso de cambio. ¿Cómo nos ponemos a la altura del proceso de cambio, cuando teníamos todavía resabios profundos que nos están inflexionando (sic) internamente a lo que yo le llamo amenazas internas? Como toda nación (Bolivia) tiene amenazas internas, tiene amenazas regionales, tiene amenazas continentales que es otro concepto y también tiene amenazas mundiales”. Por eso, una “alianza estratégica (...) entre las FFAA y la masa social del pueblo boliviano es fundamental, principalmente para garantizar el proceso”.
Quienes aún recordamos la retórica predominante en los prolegómenos de revueltas militares y, luego, en la irrupción del militarismo en la política boliviana –que tanto daño ha hecho al país– no podemos menos que asombrarnos ante la similitud con los conceptos vertidos por el actual comandante en jefe quien, al parecer, olvida que la Constitución Política del Estado dispone que la misión fundamental de las FFAA es “defender y conservar la independencia, seguridad y estabilidad del Estado, su honor y la soberanía del país; asegurar el imperio de la Constitución, garantizar la estabilidad del Gobierno legalmente constituido, y participar en el desarrollo integral del país”• Además, que su organización descansa “en su jerarquía y disciplina. Es esencialmente obediente, no delibera y está sujeta a las leyes y los reglamentos militares. Como organismo institucional no realiza acción política”.
En función a esas normas es que las FFAA, por un lado, tienen el monopolio de las armas y se justifica que no puedan deliberar, como tampoco que haya grupos civiles de ninguna naturaleza que estén armados, porque de hacerlo se estarían creando no comités de defensa, sino grupos paramilitares. Así de sencillo. Y los bolivianos con memoria sabemos que estos grupos, sea en tiempos revolucionarios o dictatoriales, suelen salir de control y ser los ejecutores de las peores violaciones de los derechos humanos.
En este contexto, convendría que las autoridades de gobierno reflexionen seriamente sobre este tema. Cuando se juega con el uso de la fuerza se está jugando con fuego y, como se sabe, el fuego quema a todos, y mal se haría en incentivar dentro de las FFAA la deliberación como la creación de grupos paramilitares.
Por otro lado, el comandante en jefe de las FFAA debe recordar que éstas no tienen por qué servir “al proceso de cambio”, sino garantizar, lo dice la Constitución, el respeto al gobierno legalmente elegido, cualquier sea su orientación político-ideológica.
Más importante aún es que los actuales inquilinos del Palacio de Gobierno sean los primeros en respetar esa norma, pues deberían recordar episodios de nuestra historia en los que varios gobiernos terminaron, por utilizar sectariamente a las FFAA con la aquiescencia de sus circunstanciales comandantes, siendo derrocados por éstas.
En consecuencia, por mandato constitucional y por experiencia histórica, las FFAA deben cumplir, estrictamente, la misión que les encomienda la Constitución.