DÁRSENA DE PAPEL
Calamanía
Calamanía
Oscar Díaz Arnau.- Nos, los calamaníacos, fervorosos seguidores de Cala, nos declaramos reconfortados con la entrevista que nuestro ídolo le ha hecho a Evo Morales luego del plantón que, no obstante, disculpamos. Estamos felices y para celebrarlo no dejamos de cepillarnos los dientes con la esperanza de que nuestras sonrisas luzcan como en CNN.
Pero los calamaníacos vemos la tele y, no solo eso: sabemos escuchar. Después de haber leído dos veces el libro de nuestro autor preferido, sacándoles lustre a los dos ejemplares de “El poder de escuchar” que cada uno de nosotros se hizo autografiar con la paciencia del que hace la fila, no sin estupor nos sentamos a ver la entrevista.
Lamentamos que el Presidente haya cogido al toro por las astas desde que puso condiciones y su entrevistador, nuestro Cala, las aceptó; en términos menos brutales y más futboleros, creemos que el local, Morales, entró descortésmente a la cancha derrotando 1 a 0 a nuestro visitante, Cala. Al respecto, advertimos la táctica reiterada del jugador Morales de atropellar al periodismo con su estilo de gambeta corta en la mitad del campo sintético, un tosco abuso de su condición de dueño de la pelota.
Sabemos también —porque vemos la tele pero, sobre todo, porque leemos doble— que nuestro ídolo se ha convertido en un showman y eso —de más está decirlo— nos encanta. Hemos leído tanto que somos conscientes de que no lo favorecen las entrevistas a políticos y en cambio le salen de película las de Willy Chirinos. No nos importa. Cala es nuestro Cala y, como Morales salió con los tapones de punta, opacándolo en CNN, hemos resuelto desclasificar los siguientes fragmentos, que corresponden al charle previo a la entrevista y que, por si acaso, no tienen nada que ver con Snowden.
Periodista: ¿Puedo entrevistar al Presidente?
Ministra: ¡Claro!, yo me encargo. (Piensa que ‘este muchacho está mejor en vivo y en directo’ y que, ‘qué malditos, cómo le van a decir: el Paulo Coelho del periodismo’). Jeje, delo por hecho.
Llegado el momento…
Ministro: Evo está cansado. Siga su camino (hijo del imperio). Vaya, vaya (con los gusanos).
Periodista: Pero, ¡esto es un desaire! Yo soy CNN, ¿no me reconocen? (abre la boca, muestra sus dientes y sí, es CNN). ¡Ah, no! Yo, aunque mis jefes me lo pidan, no insisto más. Prefiero reponer la entrevista con Víctor Hugo Morales.
Presidente: Qué cobarde, che. Encima, ni latinoamericano parece. Que vaya, que vaya…
Ministro: Sí, que vaya.
Presidente: Además, yo no soy ningún zonzo, quería entrevistarme para después editar.
Ministra: Pero Evo, estamos quedando mal, CNN es nomás CNN…
Presidente: Sí, CNN, con ‘Cala Nunca Nada’; ahí está tu CNN (se ríe).
Ministro: Cala ene ene.
Presidente: Eso no me pareció gracioso (silencio). Ya, ya, mujer, no me mires con tu cara. Que venga. Pero bien temprano (comienza a reír, ahora, tipo Papá Noel)… q’alita.
Ministra: Mmm.
Ministra: Señor Cala, el Presidente puede atenderlo mañana. Pero, mm, venga temprano.
Periodista: Muchas gracias. (Muestra sus dientes aun por teléfono. Luego, piensa: ‘ya sabía yo que no podían desairar a CNN’).
Pasado el momento, incluso después de presentar su libro, de gran aceptación entre quienes necesitaban una caricia para el alma y, si no fuera mucha molestia, salir en la página social…
Periodista: Jeje, el Presidente está molesto, jeje. Ojalá que la próxima no (ríe jeje).
Presidente: ¡Qué cobarde!, mudo se ha quedado tu Cala (pero no es cobardía, tiene el poder de escuchar).
Ministra: Jejeje.
Ministro: Jejeje.
Presidente: ¿De qué se ríen?, ¡vayan a trabajar! Cala parecen ustedes, de reír nomás se ocupan. Vayan, vayan…
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