Raúl Téllez en una de las etapas del Gran Premio.
SUCRE El Llorón ingresó en la historia corriendo el Gran Premio Nacional por los nueve departamentos
Raúl Téllez archiva las tuercas
Raúl Téllez archiva las tuercas
Álvaro Sotomayor / CORREO DEL SUR
En abril pasado cumplió 62 años y decidió dar por finalizada su carrera deportiva en el automovilismo nacional. Tuvo una extraordinaria carrera al frente del volante por más de 19 años continuos, pero decidió darse una pausa larga entre 1997 y 2012, oportunidad en la que resolvió volver a las rutas del país.
Raúl Téllez Aníbarro decidió este año correr una vez más otro Gran Premio Nacional de Automovilismo, pero de características inéditas: un recorrido por los nueve departamentos del país.
El chuquisaqueño, apodado cariñosamente “El Llorón”, cuenta que su primer Gran Premio lo corrió en 1981, en el que lamentablemente no pudo completar la prueba tras abandonar en una de las etapas.
En 1982 volvió a anotar su nombre en la lista de inscritos del GP y esta vez sí pudo llegar a la meta.
De ahí en más, Téllez Aníbarro corrió siete Grandes Premios, de los cuales no pudo completar cuatro por abandono y tres de ellos si cruzó la meta.
Uno de los que no se borrará de su mente será justamente el que se corrió el pasado 5 al 17 de agosto de 2013, porque significó rodar por los nueve departamentos de Bolivia, desde la planicie del suelo pandino (largada) hasta la altura del territorio paceño (meta).
“Ha sido histórica está carrera, hicimos una verdadera integración. Nunca hubo antes un gran premio nacional que abarque los nueve departamentos. Imaginarse nomás el recorrido es increíble, porque recorrer desde los 500 metros sobre el nivel del mar de Cobija y llegar a más de 4.000 en Uyuni fue algo fantástico”, comenta emocionado.
Pero correr un Gran Premio no sólo es proeza y concentración de punta a punta, sino, es integración, compañerismo y confraternidad.
“Para cada piloto fue algo agradable, hemos aunado esfuerzos en varias etapas, hicimos mucho compañerismo con varios corredores, como con Gualberto Cruz de Chuquisaca y otros pilotos de mi época que también decidieron correr”, agrega “el llorón”, al enfatizar que ahora correr implica surcar caminos de distinta plataforma, antes sólo eran de tierra.
“En este tipo de carreras se ve de todo, caminos de tierra, pavimento y asfalto, pero la parte que más nos costó fue la parte de Tupiza a Atocha, ya que es un camino complicado y había que tener mucha experiencia en el manejo, es justo por donde pasará el Dakar”, comenta el piloto.
Pese a tener otro problema entre Uyuni y Orinoca, a Téllez nadie le quita lo bailado, “porque el paisaje es hermoso, es una belleza nuestro territorio, es lo mejor que uno puede hacer, recorrer cada uno de los rincones del país”. Para él, Rurrenabaque es Acapulco en miniatura, no podrá olvidar la fuerte temperatura del oriente boliviano. En esta versión tuvo que sobrellevar el surazo entre Trinidad, Santa Cruz y parte de Cochabamba, el “terrible” frío de Uyuni, pero fue compensado con su inigualable belleza natural.
“De Uyuni a Orinoca se me arruinó la bomba de gasolina, pensé que ya no llegábamos a la meta, pero gracias a Dios lo arreglamos y logramos terminar esa etapa dos minutos antes de que se cierre el parque cerrado. Ya desde Oruro sólo cuidamos el auto y controlamos la carrera porque ya no había opción de alcanzar el podio”, relata. Terminó quinto en la categoría 4x4.
LAS ANÉCDOTAS
El Llorón no olvidará el habarse quedado a media carrera por no tener copiloto. “Lamentablemente tuve esos problemas en años anteriores y me sucedió justo el año pasado, porque pasando Sucre mi copiloto decidió dejar la carrera, se volvió a la Capital y me dejó a media competencia. Este año por poco ocurre lo propio, pero me alentaron los amigos para continuar y tuvimos que cambiar a Juan José Gonzales por Pedro Quispe con él pude completar. La objetivo era llegar a La Paz y culminar la prueba y lo logramos”.
El equipo de Raúl Téllez estuvo integrado por cinco personas, en el que estaba incluido su hijo Raúl Téllez Pórcel, actual campeón nacional de automovilismo del grupo 1.600 Libre, modalidad rally. Él comandaba el auxilio y contó también su anécdota.
“Pasando Rurrenabaque vimos un caimán fuera de un río con su panza blanqueando; Raúl, mi hijo, que formaba parte del equipo, se preparó para sacarle una foto, pero justo antes de apretar el botón el caimán se metió otra vez al río”.
Cruzar territorio cruceño también le trajo bellos recuerdos, porque fue por varios años animador de la Integración del Oriente. “Corrí unos 15 años la Integración del Oriente, comencé por el año ‘80 y ‘81, eran caminos complicados, por eso me considero ser uno de los fundadores con algunos otros, recuerdo también la participación del chuquisaqueño Guido Peredo”. Asimismo, recuerda Téllez, que fue parte de las primeras caravanas por la Chiquitanía. “Fuimos los primeros en ingresar a Puerto Suárez cuando no había ruta oficial para las flotas, pero luego de nuestra participación con otros pilotos de país, el servicio de transporte público ingresó a ese municipio justo por la misma ruta”, relata.
¿LA DESPEDIDA?
Consultado sobre si, en verdad, “archivará las tuercas”, Téllez respondió: “Yo creo que sí, esta fue mi última carrera, o al menos hasta se me pase la pena del dinero, porque tuvimos que vender algunos autos para correr. Estamos con algo de pena por la familia, pero trataremos de rehacernos lo antes posible, pero depende todo de Dios. Sin embargo yo ya he cumplido, porque nunca había recorrido todo el país en un Gran Premio”.
Téllez dijo que gastó unos 10.000 dólares para poder estar presente y que no recibió ningún apoyo institucional. Corrió en un jeep Mitsubishi de color rojo, modelo ’99; “ahorita el auto está donde el chapista porque lo golpeamos duro en la carrera”, concluye con una carcajada.
SU FICHA
Nombre: Raúl Téllez Aníbarro
Ciudad: Sucre
Edad: 62 años
Fecha: 8 de abril de 1951
Apodo: El llorón
Esposa: Rosario Pórcel de Téllez
Hijos: Hellen y Raúl
Nietos: Alberta, Raúl Miguel y Raúl Alberto
Estudió en colegio Zudáñez
Hincha de The Strongest
Grandes Premios: 7 versiones
Integración del Oriente: 15 veces
Años en el automovilismo: 19 continuos y 21 en total
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