EDITORIAL
“El día del peatón y la bicicleta”, un sano paréntesis
“El día del peatón y la bicicleta”, un sano paréntesis
Si bien una jornada como la de hoy obliga a renunciar a algunas de las habituales actividades de fin de semana, es un esfuerzo que bien vale la pena hacer
Este día, aunque con coerción, los vehículos son expulsados de las calles y avenidas y su lugar es tomado por peatones y ciclistas o convertido en canchas donde la gente se reúne alrededor de los más diversos juegos.
Que así sea es algo de por sí digno de una muy positiva valoración, pues muestra que la nuestra es una sociedad cada vez mejor dispuesta a apreciar aspectos cualitativos de la vida comunal. Y ése es un atributo que bien vale mantener, alimentar y perfeccionar mediante una asimilación colectiva de la experiencia que se va acumulando. Así, cada “Día del Peatón” tiene nuevas características, porque entre todos se van imaginando más y mejores posibilidades, y elaborando nuevas reglas para que en verdad pueda decirse que ésta es una actividad organizada y disfrutada por todos.
Es verdad que hay mucha gente que no termina de aceptar las restricciones que inevitablemente trae consigo una jornada como ésta y ven con desdén el entusiasmo con que se contagian los ánimos ambientalistas, pero no es menos cierto que incluso las opiniones adversas son contempladas.
El “Día del Peatón”, sin embargo, no puede ni debe convertirse en una especie de rito exculpatorio mediante el que se lava la consciencia colectiva por la manera desdeñosa hacia la salud ambiental y los buenos hábitos de convivencia ciudadana con que solemos actuar el resto del año. No debemos perder de vista que además de los efectos tóxicos ocasionados por la circulación de cientos de miles de vehículos hay otras formas de contaminación, como la acústica, el mal manejo de la basura, la falta de consideración al prójimo al disponer de espacios públicos, entre otras, que requieren la atención diaria de la ciudadanía. Adquirir y reforzar la consciencia sobre su importancia, de lo necesario y conveniente que es hacer algo al respecto, es uno más de los muchos beneficios que deja el “Día del Peatón y la Bicicleta”, pero no es suficiente ni mucho menos.
Por eso, se debe recordar que el año sigue teniendo más de 360 días que también requieren atención y hace falta por eso dar a diario muestras concretas de que la calidad del aire preocupa y ocupa de verdad. Bueno sería por eso, y para evitar que se vaya transformando en una jornada de hipocresía ambientalista colectiva, que el “Día del Peatón” se enriquezca con actividades vinculadas con los motivos de fondo y evitar así que se diluya en cuestiones de forma.
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