REFUGIADO. Pinto dejó Brasilia y se encuentra en Goiás. Bolivia, entre tanto, enviará una comisión a Brasil para informar sobre sus antecedentes.
REFUGIADO. Pinto dejó Brasilia y se encuentra en Goiás. Bolivia, entre tanto, enviará una comisión a Brasil para informar sobre sus antecedentes.

RÓGER PINTO PLANEABA CORRER PARA CRUZAR LA FRONTERA SI ERA DESCUBIERTO

Senador revela detalles de "Operación Libertad"

Senador revela detalles de "Operación Libertad"

Además de él, sólo su hija y tres funcionarios brasileños conocían el operativo

CORREO DEL SUR con datos de Oxígeno

Róger Pinto vivió una de sus peores experiencias en el vehículo que lo trasportó hasta Brasil. El temor de ser descubierto, no lo dejó tranquilo nunca. Pero estaba dispuesto a todo. Incluso, según contó, a correr para cruzar la frontera, si era descubierto. Estaba dentro del plan que prepararon sus “amigos” brasileños para sacarlo de Bolivia, que llamaron “Operación Libertad”.
"Fue la primera vez que pude ver claramente el sol, y desde una perspectiva diferente", recordó Pinto, después de pasar 454 días en una pequeña habitación de la Embajada de Brasil en La Paz, según un reporte del diario digital Oxígeno, en base a una publicación brasileña.
El operativo fue planeado por más de tres meses, y de él sabían algunos funcionarios del Gobierno brasileño, según Oxígeno.
Tres días antes de partir, Roger Pinto habló sobre la “Operación Libertad” con su hija Denise Bardales Pinto. Además de ella, sólo el embajador de Brasil en Bolivia, Marcelo Biato; el consejero brasileño, Manuel Montenegro, y el encargado de Negocios de la Embajada de Brasil, Eduardo Saboia, sabían del operativo. Este último fue el que asumió la responsabilidad de hacerse cargo de la fase final de la operación, que era sacar a Pinto de Bolivia.
Hace por lo menos un mes, la operación llegó a “oídos de políticos, abogados y empresarios que comparten información e intereses entre Brasil y Bolivia”, según el reporte de Oxígeno, y el Gobierno, aparentemente, nunca sospechó nada.
El plan inicial incluía a Perú. Planeaban trasladarlo primero a Perú y de ahí a Brasil. “Pero la participación de un tercer país en algo que no tenía nada que ver con el caso, podría extender las complicaciones de un plan ya complicado, por lo que se decidió viajar en automóvil entre La Paz y Corumbá”, según el relato.
Un informe médico concluyó que Pinto tenía “problemas de salud” y que sufría de “depresión”. “Saboia envió una copia del informe al Ministerio de Relaciones Exteriores y señaló que la situación requería una intervención inmediata. Entonces, vino la ‘Operación Libertad’”, señala el reporte.
Así, Pinto salió el 23 de agosto de la Embajada de Brasil. Su vehículo imprimió alta velocidad casi siempre. La orden que tenía la misión era regresar, en caso de que detectasen una señal desfavorable. “Si yo fuera a un hospital, corría el riesgo de ser arrestado. Así que decidimos ir (seguir)”, contó Pinto. "Si no nos organizábamos, habría muerto o algo así”, añadió.
Corrieron con suerte a lo largo de su ruta –pasaron por 12 puestos de control, y, para no perder tiempo, Pinto tomó agua embotellada, barras de cereales, fruta y galletas durante el viaje, no bajó nunca para ir al baño, tuvo que llevar pañales–, hasta que llegaron a la frontera. “La Policía boliviana detuvo el convoy y solicitó documentos. Asustado, el senador Roger Pinto pensó huir a pie desde el coche”, cuenta Oxígeno. "Si el primer coche era bloqueado, yo descendía del coche y corría para cruzar la frontera a pie", contó después el senador.
No tuvo que hacerlo. Ya en territorio brasileño, Pinto llamó al senador Ricardo Ferraço, presidente del Comité de Relaciones Exteriores de Brasil. “Al contestar, Ferraço oyó gritar desde el otro lado de la línea: "¡Estoy en Brasil! ¡Necesito ayuda para llegar a Brasilia!". Era Pinto.


EXILIO
Un último dato: el diputado de Convergencia Nacional (CN), Luis Felipe Dorado, denunció que en el Gobierno del presidente Evo Morales unas 774 personas se fueron al exilio, debido a la constante "persecución política" y supuesta falta de imparcialidad en la justicia.