¿Aplicación del método dialogal en la educación escolar?

¿Aplicación del método dialogal en la educación escolar?

Mario Gumiel Torricos.- Una nota periodística en Correo del Sur del 1º de septiembre, donde refiere el funcionamiento de un Laboratorio de Análisis Sensorial, instalado por parte de la Alcaldía de Sucre para que un grupo de alumnos representantes de las Unidades Educativas, puedan degustar y elegir los productos que desean consumir dentro de la Dieta Escolar la próxima gestión, llamó mi atención y me llevó a recordar las estrategias que emplea el Método Dialogal, que por supuesto, bien se podría aplicar en educación.
El método dialogal puede ser aplicado en educación, no sólo para que los alumnos decidan sobre los productos alimenticios de su preferencia. ¿Por qué no, para que toda la comunidad educativa participe en el desarrollo de la planificación escolar? ¿Por qué no tomar en cuenta a los padres de familia y a los estudiantes, para que conozcan cuáles son las metas y objetivos que los maestros se trazan para su trabajo diario y los que deben alcanzar con los niños cada bimestre y durante el año, tareas en las que todos tenemos responsabilidad y debemos participar con nuestros aportes y criterios particulares?
La educación no sólo es enseñar habilidades, sino también sensibilidades. De ahí la importancia de la comunicación del maestro, con los padres de familia y los alumnos, los otros elementos de la comunidad educativa. Los conocimientos nos dan medios para vivir y la sabiduría nos da razones para vivir. Por eso se tiene que enseñar a leer y escribir con palabras que tengan sentido para ellos y que les ayude a ver mejor el mundo, porque la educación es fuente de esperanza. El niño aprende a amar a Dios, y a respetar a sus mayores; amando a su maestra y amando a sus compañeros. Él espera disciplina y mira el ejemplo de sus mayores. Tiene sus anhelos y esperanzas y desea hacerlos conocer. Hay que escucharlos. Lo mismo ocurre con los padres de familia.
El método dialogal es un método activo, de espíritu crítico y participativo. Esto permite en la educación, una relación horizontal entre el educador, padre de familia y el educando. Significa que el padre de familia asume su importante rol en la educación de sus hijos y no descarga toda la responsabilidad en el maestro.
Para nadie es desconocido que los niños de unidades educativas privadas reciben mayor atención y ayuda de sus progenitores. Ese apoyo es fundamental para un avance curricular normal y provechoso, al contrario de lo que pasa con niños de hogares más humildes que asisten a unidades educativas fiscales, donde los padres de familia y en muchos casos, madre y padre, por el trabajo, permanecen fuera del hogar casi todo el día; muchos que por la paternidad temprana no culminaron sus estudios
y no saben cómo brindar el apoyo que requieren sus niños, y, finalmente, por la ausencia de ellos, fenómeno muy frecuente en nuestro país.
Sin embargo, este método pedagógico puede ser el punto de partida para que desde el momento de inscripción y durante todo el desarrollo del proceso de enseñanza aprendizaje, participe un familiar responsable para cada niño, haciendo conocer lo que piensa y lo que observa en el aprendizaje del niño, tanto en el cumplimiento de sus tareas como en su conducta.
Esta participación será tanto más efectiva, cuánto más crítica sea, para el mismo trabajo del docente. De esta manera, la escuela se integrará en forma más efectiva a las necesidades particulares de cada niño. Con este trabajo conjunto se podrá encontrar respuestas por una parte, a los problemas por falta de atención a los niños en la casa y, por otro, al bombardeo de los medios y sus mensajes de alienación que transmiten mediante el uso de la TV sin control.
Este método, finalmente, procura la integración real de la escuela con los hogares, porque la familia continúa siendo la célula de la sociedad. Lo mismo con los padres. No es posible que sólo aparezcan el día que se paga el Bono Juancito Pinto o sólo cuando su hijo se sintió lastimado por alguien. Con este método tienen que asumir su rol y su participación crítica y activa durante el desarrollo de la educación de sus hijos, de forma continua y permanente. Los padres son los que mejor informan de las dificultades que tiene cada niño en casa a la hora de enfrentar sin el maestro, sus tareas y deberes. Así, cada responsable familiar es el que representa a la familia en la escuela y por eso debe conocer las metas que se ha fijado el maestro para el aprendizaje de su niño, deben asumir su responsabilidad en la educación y formación de los futuros hombres y mujeres, participando en un trabajo efectivo con la escuela y, de manera conjunta, al lado de sus hijos y de sus maestros.


El autor es profesor y ex docente de Metodología de la Investigación.