EDITORIAL

Una gira que implica compromisos

Una gira que implica compromisos

En la gira que ha realizado el Presidente del Estado la semana que concluye hay hechos, símbolos y actitudes que diferencian este viaje de otros y que es importante destacar

La presencia del Presidente en España e Italia y su reunión con sus respectivas principales autoridades confirman que su posición de tajante rechazo y denuncia del agravio que sufrió al ser retiradas las autorizaciones de sobrevuelo y aterrizaje de su avión en esos territorios fue la correcta, y es posible deducir que –más allá de algunas gestiones burocráticas que cumplir– se normalizan las relaciones con Italia y España, aspecto importante fundamentalmente desde las perspectivas económica y política.
A diferencia de los encuentros mencionados, su viaje a Bielorrusia no parece haber sido atinado. No es especulación afirmar que esta relación es prohijada por el gobierno venezolano, que es uno de los pocos que apoya a un régimen que concentra un elevado rechazo internacional e interno por su carácter autoritario. Venezuela se beneficia de esta relación especialmente en el campo militar. De ahí que la visita del Presidente boliviano a esa nación sólo puede ser vista con aprehensión por un doble motivo: no tener mayor importancia respecto a los intereses nacionales, y porque esta relación puede abrir curso a un proceso de compra de armas por parte de Bolivia y cooperación militar que, pese a que con seguridad no será realmente amenazante, generará profunda suspicacia internacional. ¿Hay necesidad de que Bolivia ingrese en un programa de compra de armamento? ¿No cuestiona esta actitud la Constitución en la que nos declaramos un país pacifista por excelencia? Y en términos más pragmáticos, por más ventajas que podría dar Bielorrusia en la venta de armas y en la oferta de cooperación militar, ¿será suficiente para acercarnos a lo que tienen los ejércitos de países de la región o sucederá, como finalmente siempre ha sucedido en el país, que esas armas serán para beneficiar a una corporación que mañana puede volcar su atención a la política interna?
Por esos antecedentes, bien harían las autoridades en transparentar en el país estas peligrosas negociaciones –porque deben estar seguras de que en el ámbito internacional no habrá reserva alguna al respecto–, impulsadas, además, por un gobierno que expresa los intereses de una cúpula familiar-militar que está conduciendo a Venezuela a una situación de caos.
Finalmente, el Presidente recaló en el Vaticano para encontrarse con el Papa Francisco. No siempre es fácil leer con precisión lo que luego del encuentro se afirma tanto en las declaraciones improvisadas como en los documentos oficiales. De acuerdo a varios análisis, además de establecer coincidencias, el Papa ha señalado claramente su apoyo a la Iglesia boliviana, a sus autoridades y al papel que ésta cumple en favor de los sectores menos favorecidos de la sociedad y que en ese marco su esperanza de que en el gobierno restablezca la tradicional relación de respeto y cordialidad con aquélla. Es decir, poco o casi nada de lo que se especulaba en diversos sectores sobre este encuentro.
Se ha tratado, pues, de una gira internacional que parece ser bastante más importante que las anteriores.