DESDE LA TIERRA

Un cristal que parte

Un cristal que parte

Lupe Cajías.- Cuando se rompe un cristal es una catástrofe; nada queda igual. No es posible pegarlo con popsipol ni lijarlo para disimular las astillas. Así sucede con ciertas relaciones o situaciones. Si se rompen como un vidrio, no hay nada para recomponerlas. Cualquier acomodo es un falso premio consuelo, un engaño.
El medio día dominguero, cuando Mario Castro anunció el cierre definitivo de “Radio Cristal” después de 40 años, sentí que reventaba una esfera y que el mundo, mi mundo, también volcaba la página a un tiempo que fue y nunca más será.
El adiós de Castro, difundido en la revista cultural, sintetiza el agotamiento del periodismo de oro que gozó La Paz desde los años sesenta y que declinó paulatinamente desde fines de los ochenta. El modelo neoliberal también afectó el quehacer comunicacional con servicio a la comunidad.
Fui fiel a “Cristal” desde mi adolescencia; debo precisar, fui fiel a Castro pues comencé a amar la radio con sus programas de suspenso en “Altiplano”. Por esa emisora escuché la primicia de la muerte de Ernesto Ché Guevara.
“Cristal” fue desde su inicio una radio sin estridencias, como gusta a mi generación. Bien dice una hermana que la diferencia con hijos y nietos está en la cantidad de decibeles que soportan nuestros oídos.
“Cristal” mantuvo la mesura en todo, evitando los ruidos musicales o noticieros.
Fue pionera en programas de largo alcance con “Caminata”, dirigida por Lorenzo Carri, quien durante la mañana informaba en directo los sucesos en la sede de gobierno. “Cristal” retransmitía informativos de radios internacionales igualmente equilibradas, como la BBC, la Nederland, la Deutsche Welle. Aprendíamos los sucesos actuales e históricos con los condensados de esas emisoras o con el resumen que preparó el historiador Luis S. Crespo para hechos cotidianos bolivianos.
“Cristal” optó por difundir el quehacer cultural a través de boletines, agendas, entrevistas exclusivas y programas especializados. Destacaron en los últimos meses las emisiones sobre cine a cargo de jóvenes críticos y el programa de tango.
En música prefirió el tono de baladas procedentes del espectro iberoamericano y anticipaba las grabaciones de Silvio Rodríguez, Caetano Veloso, Joan Manuel Serrat. En la tarde y al finalizar el día, la música selecta acompañaba suavemente el descanso.
“Cristal” cerró porque la publicidad estatal está reservada para pocos; porque la empresa privada no invierte en cultura. A ello se añade el desorden de la ATT que ha entreverado los diales para dejar campo a las emisiones oficiales, las pentecostales y las chicheras.