PERCEPCIONES

Obama con los brazos en alto

Mario Rueda Peña.- El ahora belicista Presidente norteamericano Obama se hallaba totalmente acorralado. El Congreso, en Washington, le daba señales de que opondría luz roja a su plan de “ataque militar limitado” a Siria.
Lo peor es que el propio pueblo norteamericano le encañonaba. Según resultados de una reciente encuesta, el 66% de los consultados se oponía a que el caso de Siria se resolviese por las armas. Compartían este rechazo casi todos los miembros de la comunidad internacional. Acogían con entusiasmo la propuesta rusa, aceptada por el propio gobierno de Siria, de que el arsenal químico de este país fuera entregado a la ONU para su destrucción.
En todo este tramo del tratamiento internacional de tema tan delicado, Obama, cercado como estaba, optó por la solución diplomática, renunciando a la militar como alternativa final. Terminó conciliando con Rusia sus puntos de vista sobre el tema.
Según datos de la CIA que se filtraron a muchos medios de comunicación social, Siria dispone de 1.000 toneladas de agentes químicos (gas mostaza y gas sarín) almacenadas en 50 localidades urbanas. Su rastreo de inteligencia ubicó también a las dos plantas de fabricación de los agentes químicos, así como al Centro de Investigación en la materia.
Tomando en cuenta los datos referidos, algunos analistas referían el plan de Obama a un ataque relámpago con misiles disparados a distancia, a los almacenes y plantas de fabricación de los agentes químicos de Siria. Les alarmaba la posibilidad de que tras las explosiones, densas nubes de gas venenoso nublaran los cielos de muchas poblaciones, provocando una mortandad mayor que la atribuida al gobierno. Esta posible réplica acrecentaba su pavor: brotes de terrorismo sangriento en todo el Cercano Oriente y encendido de mecha de una explosión bélica a escala regional y mundial.
¿Obama con los brazos en alto, frente a su propio pueblo, legisladores de Washington y países miembros de la comunidad internacional, consciente de que su esquema de “Ataque militar limitado” equivalía a receta peor que la enfermedad? Así parece…