EDITORIAL
Terminal: una pugna vergonzosa
Terminal: una pugna vergonzosa
La deshonra y el bochorno al que tienen sometida a la ciudad en las últimas semanas, por causa de una disputa que nos muestra la pobreza mental y el nivel degradante del debate público en Sucre, debe acabar de una vez por todas
La polémica entre la Gobernación de Chuquisaca y la Alcaldía de Sucre por cuál de ellas debe construir una nueva Terminal de Buses ha alcanzado niveles tan vergonzosos como pueblerinos y, por supuesto, reprochables e inaceptables.
En efecto, las autoridades de ambas instituciones vienen protagonizando, desde varias semanas atrás, una disputa pública por la ubicación y la ejecución de un proyecto que ya debió materializarse al menos hace una década.
Es evidente, como reclama el Alcalde de Sucre, que una obra de esa naturaleza es de estricta competencia municipal, pero es cierto, también, que la Gobernación entró en escena debido, precisamente, a la incompetencia, al vacío de autoridad y a la ineficiencia demostrados por la Alcaldía para tomar una decisión en su debido momento.
La Alcaldía no sólo que dejó transcurrir, innecesariamente, demasiado tiempo para asumir la que, además de su responsabilidad, era una obligación suya; sino que, con esa lamentable indeterminación, permitió e inclusive patrocinó una pugna callejera entre los diferentes distritos de la ciudad interesados, por lógicas razones de impacto económico, en llevar a sus respectivas zonas la nueva Terminal.
Ahora que la Gobernación –que ya anticipó su disposición a financiar esa infraestructura y venía solicitando insistentemente a la Alcaldía los terrenos necesarios para su construcción– decidió proceder a la ejecución de la obra sin esperar más a las autoridades de la Capital, se desató una reacción municipal que sólo puede equipararse a la actitud, popularmente conocida, del perro del hortelano: No hacer ni dejar hacer.
Y es que sólo la decisión del Gobernador, independientemente de las razones que la hubieran motivado, fue la que finalmente despertó a unas autoridades municipales adormiladas que recién ahora parecen tener prisa e interés en resolver lo que no tuvieron la capacidad de hacer antes.
Si la Alcaldía no procedió habiendo tenido el tiempo suficiente para hacerlo –tiempo que se remonta inclusive a gestiones anteriores– ¿por qué se empeña en impedir, ahora, que la Gobernación ejecute una obra tan necesaria como urgente para la ciudad?
Sería recomendable, pues, que la intervención de la Alcaldía en esta polémica se limite a coordinar con la Gobernación el emplazamiento de la nueva Terminal y, paralelamente, a planificar obras de alto impacto en otras zonas de la ciudad que también necesitan polos de desarrollo económico similares a los que genera en su entorno la presencia de una Terminal de Buses.
Lo cierto es que la deshonra y el bochorno al que tienen sometida a la ciudad en las últimas semanas, por causa de una disputa que nos muestra la pobreza mental y el nivel degradante del debate público en Sucre, debe acabar de una vez por todas.
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