Que la responsabilidad retorne a las instituciones
Que la responsabilidad retorne a las instituciones
Guadalupe Amusquívar.- La población de Sucre, desde hace algunas semanas, advierte con incredulidad la caprichosa e irresponsable actitud de sus autoridades frente a un proyecto de singular importancia para la capital como es la construcción de la nueva terminal.
Tal parece que la obra en sí no es considerada primordial ni para el Gobernador, menos para el Alcalde. Hasta ahora ambos han protagonizado una disputa en términos de adjudicarse el derecho de llevar a cabo, cada uno desde sus “trincheras” institucionales, la construcción de la terminal como si ésta fuera un trofeo en el juego del poder político. Mientras tanto, el drama de la actual estación terrestre prosigue sin visos de solución a corto plazo.
Y el dilema va más allá de la formalidad que cada uno reclama en tanto cumplimiento de la Ley municipal y la norma autonómica que rige los destinos de la Gobernación. Es decir, puede ser que uno y otro esté capacitado institucional y legalmente para ejecutar el proyecto en sí con todo lo que ello implique: diligencias administrativas ante ministerios, viceministerios y otras instancias gubernamentales, sin embargo, no es ese el meollo del asunto. Lo que la ciudadanía exige es el mínimo compromiso de sus autoridades para encarar con unanimidad proyectos de envergadura que hacen al desarrollo de Sucre.
Se trata pues de encontrar, en el trabajo de las autoridades, una mínima agenda que permita unir esfuerzos, recursos y trabajo que beneficie a la región y al municipio verdaderamente. La Universidad hace algunos días ha propuesto precisamente esa unidad para revertir los resultados negativos que arroja el Censo con la relación al departamento de Chuquisaca.
Con el propósito de apoyar ese pedido, conviene establecer como sugerencia una agenda que demarque cuatro temas de suyo importantes para la región y el municipio: Salud, Educación, Cultura y Desarrollo Económico. Esto es, sentarse en una mesa de trabajo despojándose de todo interés político, para diseñar proyectos concretos, a corto y mediano plazo, en las áreas señaladas. Por lo menos, un proyecto de envergadura en cada una de ellas; un solo proyecto.
Que la responsabilidad vuelva a los despachos de las autoridades, que sus asesores procuren encaminar el trabajo institucional con unidad y compromiso. No puede continuar la incertidumbre. El desarrollo de la capital y el departamento depende de todos sin excepción.
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