LA NOTICIA DE PERFIL
Imaginemos una primavera
Imaginemos una primavera
Paulovich.- Mis amigos yatiris no podían pasar por alto el 21 de septiembre, día consagrado a la primavera, al estudiante y a los enamorados, y para festejar organizaron en días pasados un fiestón bailable en el ‘naiclú’ Malena, al cual fuimos invitados mi pariente espiritual y este viejito, que todavía sopla fuerte.
Como la cochabambina es más juiciosa que yo, miró al cielo nublado de La Paz, lamentó verme lucir mis calzoncillos largos de lana, que ella llama ‘Napoleón’, y que son idénticos a los que visten “Los Diablos de Oruro” y me manifestó: “Usted y yo ya no estamos para festejar primaveras, ni para recitar versos de amor ni para evocar nuestras épocas estudiantiles; sólo nos queda evitar demostraciones ridículas añorando un tiempo que ya pasó y que nunca volverá”.
Comprendí que mi comadre Macacha tenía la razón, pero no se la quise dar, y sin cambiarme los calzoncillos me le acerqué para pedirle que bailemos en esta fecha tan significativa tarareando la evocadora música de un vals casi olvidado cuya letra dice “primavera de mis veinte años, relicarios de mi juventud…”, hasta que ella ya no pudo aguantar más la ridícula escena en la que un viejito de calzones largos bailaba un bals con una chola cochabambina de buen ver.
Pregunté a mi pareja si la invitación que habíamos recibido de parte de nuestros amigos yatiris indicaba el color y el modelo de los calzones que debíamos vestir los invitados al Baile de la Primavera en el “Malena”, respondiendo la cochala que la invitación aconsejaba ropa interior floreada, de la cual carecíamos ella y yo, aconsejándome Macacha que yo siguiera luciendo mis calzoncillos largos de lana y ella vestiría interiormente con sus bragas amarillas, color que atrae el dinero.
El yatiri Calimán inauguró la fiesta con un discurso en el que nos quiso convencer de que nuestro país vive actualmente una primavera política, en la que después de 500 años brilla el sol y que éste no se pondrá hasta dentro de 500 años más gracias a Evo, Alvarín y Coquehuanca. También nos habló de la primavera financiera que vive Bolivia, pues China, Rusia e Irán nos están rogando para vendernos todo al crédito; y nos habló de la primavera democrática que vive el país, tiempo en el que brota una sola flor mientras las otras flores están de acuerdo.
Habló tantas macanas el yatiri, que mi comadre se aburrió y me pidió que iniciáramos el baile de la primavera imaginando que tenemos democracia, que el sol primaveral ha nacido en La Paz y que en esta maravillosa estación el amor reemplazará los odios políticos, y que muchos policías, fiscales y jueces dejarán de extorsionar a los que van en busca de justicia.
Macacha levantó un poquitín sus polleras amarillas para atraer al dinero y yo mostré al público mis largos calzoncillos blancos de lana.
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