BUSCANDO LA VERDAD

¿Monocultivo o “monodiscurso”?

¿Monocultivo o “monodiscurso”?

Gary A . Rodríguez.- Ciertas personas se atreven a emitir juicios negativos contra el sector agropecuario y se dan el lujo de opinar –con un halo angelical– sobre cosas que nunca hicieron y que tampoco entienden. No arriesgan su fortuna, no sudan una sola gota, no siembran nada, se oponen a la producción de alimentos a escala pero ¡comen de ella!
“Fundación Tierra alerta sobre riesgo de monocultivo" decía la nota (“El Deber”, 19 de septiembre de 2013) reprochando al Gobierno el querer ampliar la frontera agrícola a 13 millones de hectáreas para el 2025, advirtiendo “instituciones especializadas” que ello alentaría el “monocultivo de productos transgénicos en el oriente”, de soya o algodón, cuando la vocación del país es más bien forestal. La advertencia se dio en el II Foro Andino-amazónico de Desarrollo Rural organizado en La Paz por esa Fundación, Ipdrs y Cipca.
No es la primera vez que abordo el tema, pero hoy lo hago indignado pues parecería que para algunos la pobreza es un negocio. ¿Acaso falta tierra? Las 13 millones de hectáreas, incluyendo pasturas, son menos del 50% del potencial cultivable en Bolivia. Aluden que hay “otras formas de producción más sostenibles”, ¿por qué dicen y no hacen? Bosque y agricultura pueden coexistir según su vocación. Y producir alimentos implicaría una cobertura vegetal permanente y el generar más riqueza que los árboles.
Lograr 45 millones de toneladas de alimentos hasta el 2025 ayudaría a eliminar la pobreza extrema, principalmente en el área rural; daría de comer a los 14 millones de bolivianos que seremos entonces; generaría más de un millón de empleos y 20 millones de toneladas de excedentes para alimentar al mundo.
Critican el “agronegocio” pero disfrutan en su mesa del aceite vegetal, comen carnes y endulzan con azúcar sin nunca haber cultivado nada. Claro, mientras cobren bien ¡qué importa que más de dos millones de bolivianos duerman con hambre o que Bolivia crezca menos por no exportar alimentos!
Bueno sería que quienes dicen que el agronegocio es depredador se enteren de que dada su alta inversión a largo plazo, apunta a ser no sólo económicamente viable sino también medioambientalmente sostenible y socialmente responsable. ¡Difícil de entender para un cómodo burócrata en su oficina!
Por eso el título de esta columna: como “mono” significa “único” y siendo que la soya bajo siembra directa no es un “monocultivo” puesto que rota con maíz, trigo, girasol, sorgo, chía, etc., lo que más bien hay es un “monodiscurso” que –anclado en el pasado– ya cansa...