CAMBIO. Así quedó la plazuela Tarija después de los cambios no autorizados, con barandas metálicas, que fueron observadas por al Subalcaldía.
COMPOSICIÓN. El diseño aparentemente no concuerda con la línea arquitectónica del lugar.
LA SUBALCALDÍA DECLARÓ SU DISCONFORMIDAD POR LA SUSTITUCIÓN DE LA BALAUSTRADA POR UNAS BARANDAS DE METAL
Discordia por la plazuela Tarija
Discordia por la plazuela Tarija
Contrariamente, los vecinos del lugar declararon su conformidad con las obras
Sucre/CORREO DEL SUR
No es la plazuela Tarija de antes. Cambió casi todo, excepto la estatua de Moto Méndez. El resto no se asemeja en nada a la plazuela que encajaba en los cánones de la arquitectura del centro histórico. Cuando inscribieron el proyecto en el POA municipal, la idea era “embellecerlo”, no remodelarlo por completo, según los registros de la Subalcaldía del Distrito 1. ¿Qué pasó, entonces? Alguien autorizó cambios no autorizados en el proyecto original.
Según el subalcalde del Distrito 1, Rubén Castro, la idea original era “refuncionalizar” la plazuela. ¿Por qué? Los vecinos se quejaban de los problemas de inseguridad que generaba el lugar. Su diseño hacía que los malvivientes se citaran en el lugar para beber por las noches y para cosas peores. “Se inscribió con el nombre de ‘embellecimiento’, pero el término correcto era ‘refuncionalización’”, explicó Castro.
Los vecinos del lugar le confirmaron a este diario las causas de la “refuncionalización” de la plazuela. “Venían estudiantes por las noches, especialmente, los fines de semana para tomar en la plazuela. Como es cerrado y hondo, no se ve”, contó un vecino del lugar. La iluminación tampoco ayudaba.
Aprobado el proyecto, la Subalcaldía decidió iniciar obras en los primeros meses de este año. Poco después, recibió una solicitud de “orden de cambio”, pero no relacionado con el diseño, sino con la obra misma. Variaron los “volúmenes de excavación”, según explicó Castro. No hubo más solicitudes.
Hace más de dos semanas tuvo lugar la recepción definitiva de la obra. Estaba terminada, pero algo estaba mal. Las barandas no eran las que se habían planeado. “No era el diseño original. Estas barandas no estaban acordes al contexto del centro histórico. No era el embellecimiento que se quería dar a la plazuela Tarija. Declaramos la disconformidad y, a partir de eso, iniciamos acciones”, dijo Castro.
La balaustrada que tenía la plazuela antigua había sido sustituida por unas barandas metálicas. ¿Qué pasó? Según Castro, la supervisión autorizó, sin consentimiento de la unidad solicitante, cambios en el proyecto original.
El Concejo Municipal intervino hace poco en el asunto. Aparentemente, se registraron irregularidades en el desarrollo del proyecto y, por eso mismo, solicitó una auditoría a la obra. El alcalde Moisés Torres hizo lo mismo.
Según Castro, las auditorías correrán, según lo señalado, “para que todo esté claro”.
Venga o no la auditoría, ¿la obra va a quedar tal como terminó? No. Según Castro, la empresa constructora aceptó modificar la estructura y respetar el diseño original. La empresa sustituirá las barandas de metal por una balaustrada nueva, como la que tenía la antigua plazuela, con su propio dinero.
Si quedó bien o no la plazuela, arquitectónicamente hablando, a los vecinos del lugar, por lo menos a los consultados por este medio, no les importa mucho. Ellos querían que la plazuela quedara “despejada”, arquitectónicamente abierta, para evitar que los malvivientes continúen utilizando el lugar como refugio. De hecho, enviaron una carta a la Subalcaldía, en la que declaran su “conformidad con los arreglos” . Alguna gente cree, sin embargo, que “no quedó embellecida”, como se pretendía.
Fotos
DIFERENCIA. La antigua plazuela Tarija tenía una balaustrada alrededor del área verde.
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