EDITORIAL

“Día del Árbol y los Bosques”

“Día del Árbol y los Bosques”

Otro ejemplo de la falta de correspondencia entre los dichos y los hechos, confirma cuán necesario es que en nuestro país se produzca un radical cambio de actitud

Hoy, 1 de octubre, es la fecha que ha sido elegida por Bolivia para sumarse a una iniciativa promovida por las Naciones Unidas para que cada país –en nuestro caso a través del gobierno nacional, los departamentales y municipales– pero también y sobre todo la sociedad en general, dedique la jornada a reflexionar y de alguna manera actuar sobre su relación con los árboles, los bosques y su importancia en la calidad de vida de las personas y las sociedades.
La idea original era que el “Día del Árbol y los Bosques” sea una jornada más práctica que retórica. Por ello, se dejó en libertad a cada país para que escogiera el día de su calendario más adecuado para movilizarse masivamente, poniendo especial énfasis en los niños y jóvenes en actividades relacionadas con la preservación y ampliación de los bosques. En muchos países del hemisferio sur, como Bolivia, el 1 de octubre fue escogido por ser, en vísperas del inicio de la época de lluvias, un buen momento para hacer masivas plantaciones de árboles y otras actividades relacionadas con la agroforestería. Y no sólo por un sentido práctico, sino también pedagógico.
Lamentablemente, nuestro país es uno de los que se destaca por la creciente indiferencia con que cada año se deja pasar la jornada. Hasta hace poco, por lo menos se escenificaban plantaciones simbólicas, pero era tan poco sincero el gesto que tal vez sea mejor que ni eso se haga.
El tema merece alguna atención porque figura sin duda entre los que a diario ponen en evidencia el enorme contraste que en nuestro país suele haber entre la abundancia de declaraciones líricas de buenas intenciones y la escasez de hechos y actitudes prácticas que las respalden. Nuestra actitud ante el medio ambiente, la “Pachamama”, o como quiera que se quiera llamar a la naturaleza que nos rodea, es sin duda la más notable muestra de una disociación que ha ocasionado que el otrora muy prestigioso mensaje ambientalista boliviano ya no sea merecedor de ninguna consideración.
Una prueba muy concreta de lo que eso significa en términos prácticos nos la dan los más recientes reportes sobre el tema, según los que Bolivia, después de haber sido el país con mayores extensiones de bosques naturales tropicales certificados, ha pasado durante los últimos años a figurar entre los que con más voracidad está destruyéndolos. Los conflictos sociales, ocupaciones ilegales, la expansión de la frontera agrícola, serían algunas de las principales causas de ese fenómeno.
A la masiva destrucción de nuestros bosques amazónicos se suma, en menor extensión pero no por eso menos alarmante, la sistemática destrucción de áreas protegidas en todo el territorio nacional.
Que sean esas las circunstancias que rodean la conmemoración en nuestro país del “Día del Árbol y los Bosques”, confirma cuán necesario es que a través de un esfuerzo colectivo se promueva en nuestra ciudad, departamento y país, un radical cambio de actitud.