ENCARGO. El presidente estadounidense Barack Obama y el vicepresidente Joe Biden (c) observan el menú del restaurante Taylor Gourmet.
ENCARGO. El presidente estadounidense Barack Obama y el vicepresidente Joe Biden (c) observan el menú del restaurante Taylor Gourmet.

CONTINÚA LA PARÁLISIS EN LA ADMINISTRACIÓN DE EEUU

Obama y los republicanos mantienen sus diferencias

Obama y los republicanos mantienen sus diferencias

El Presidente invitó a sus rivales políticos a encontrar una salida a la crisis

Washington/EFE

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y el liderazgo republicano en el Congreso seguían ayer sin acercar posturas para poner fin a la paralización parcial de la Administración federal, que entró en su cuarto día y llevó al mandatario a cancelar una gira por Asia.
Esta situación "puede terminar hoy (ayer) mismo", dijo tajante Obama al acudir en compañía de su vicepresidente, Joe Biden, a comerse un sandwich a Taylor Gourmet, un restaurante cercano a la Casa Blanca que ofrece descuentos a los empleados federales que se vieron obligados a quedarse en casa y no cobran desde el pasado martes.
"Estoy encantado de tener negociaciones (con los republicanos) sobre una amplia gama de temas, pero no podemos hacerlo con una pistola en la cabeza del pueblo estadounidense", enfatizó.
El mandatario insiste en que, antes de negociar sobre esta nueva crisis presupuestaria, el Congreso debe autorizar, sin condiciones, los fondos para que el Gobierno pueda operar en el nuevo año fiscal, que comenzó el 1 de octubre.
Por su parte, los republicanos piden desde el martes la convocatoria de un comité de conciliación, que reúna a miembros de ambas cámaras del Congreso para negociar sobre la actual crisis, y propusieron varias leyes para financiar a ciertos departamentos y programas de la Administración mientras dure el cierre.


REPUBLICANOS ACUSAN
En una conferencia de prensa, el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner, acusó a los demócratas de tratar el cierre de la Administración como "un juego" y les instó a negociar para resolver esa crisis y enfrentar "el problema de gasto" en el país.
"Su actitud es: 'No nos importa cuánto dure esto, porque estamos ganando'. Esto no es un maldito juego", exclamó Boehner.
El líder republicano aludió así a un artículo de The Wall Street Journal y que cita bajo anonimato a un alto funcionario del Gobierno que afirma: "Estamos ganando. No nos importa" cuánto dure el cierre "porque lo que cuenta es el resultado final".
Tanto Obama como el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, se desmarcaron rotundamente del comentario de ese funcionario.
"Nadie está ganando cuando las familias no tienen certidumbre sobre si van a recibir sus salarios o no", declaró Obama desde el restaurante al que acudió con Biden.

Paralización

En el ámbito interno la paralización de la Administración se tradujo en la suspensión del programa de prevención de la gripe y de tratamientos experimentales contra el cáncer.