¿Cómo salir del fango?

¿Cómo salir del fango?

Juan José Bonifaz B..- Chuquisaca acaba de cumplir con un paro inoportuno, estéril e hipócrita. La protesta responde a un censo que obedece al cálculo político electoral, orientado a favorecer a las mayorías de regiones privilegiadas y profundiza las asimetrías políticas y económicas de departamentos marginados. Estas actitudes avasalladoras tienen larga data y responden al centralismo que rige con mayor intensidad, no obstante el decantado proceso autonómico que el gobierno plurinacional trata de vendernos y que, por ignorancia de los liderazgos locales, creemos vigente. ¡Debemos dejar de mirar tanto arriba y atrás!...
El sistema bicamaral boliviano no responde a las necesidades de un país desmembrado, atrasado y no consolidado, que mantiene burocracias corruptas que sólo dan provecho a ciertas minorías. Es necesario cambiar la Constitución vigente y establecer un sistema de representación política que se adecúe a las verdaderas necesidades del país que también tiene derecho a su desarrollo. El actual modelo muestra una mayoría de representantes del eje central y una reducida minoría de las regiones del norte y el sur. Esto nos impele a buscar nuevos equilibrios regionales y, por tanto, nacionales: un Estado Federal, con nuevo sistema de representación, fundado en la igualdad de las unidades geográficas; es decir, eje central y, ejes Norte y Sur. Deben también ampliarse los requisitos para cumplir la función de parlamentarios, asambleístas y concejales municipales que en la actualidad –salvando excepciones– ni siquiera llenan los de solvencia moral y, peor aún, una probada lealtad con sus departamentos, porque son generalmente el fruto del voto consigna.
Bolivia se hace en los conflictos de ayer y hoy, luchas regionales del Norte contra el Sur, del Occidente contra el Oriente, del campo y la ciudad y con el actual estado plurinacional, de todos contra todos. Requerimos un Estado Nacional capaz de equilibrar y balancear el Ande y el Llano, el altiplano y la llanura Chaco-beniana, rompiendo mitos, guetos, feudos y prejuicios. Un Estado Federal y una ciudadanía cumpliendo su responsabilidad patriótica pueden ser la respuesta a la realidad actual.
Bolivia, como sociedad, no tiene fuerza económica moderna para generar poder político, para generar poder estatal; los estados modernos se basan en economías capitalistas, se basan en burguesías haciendo economía y pagando impuestos; se basan en clases sociales y en relaciones que necesitan seguridad jurídica, libertad y democracia. Lo demás, como los recursos naturales o la repartición de la riqueza que requiere una sociedad moderna, viene por añadidura. La política andina siempre ha impulsado la destrucción de la economía privada y el engrandecimiento de la economía extractiva y gubernamental; es decir, la fórmula perfecta para impedir un Estado moderno.
Los estados modernos –cuya razón de ser es sostener la convivencia de las sociedades y de las economías capitalistas– no fundan sus economías en los recursos naturales. Si tienen recursos naturales, tanto mejor. Pero si no los tienen, los compran. Como lo estatal se hace inviable en Bolivia, la democracia moderna también es inviable. La ruptura de lo estatal aniquila la posibilidad de la democracia y crea autoritarismo. Nuestra democracia está acosada por la ausencia de Estado, de poder moderno; es decir, de economía abierta, ausencia de ley obedecida, de justicia e institucionalidad.