RAÍCES Y ANTENAS
¿Un nuevo orden energético mundial?
¿Un nuevo orden energético mundial?
Gonzalo Chavez A..- Hace varios meses que tengo una lectura pendiente y ahora que me encuentro realizando un trabajo sobre la globalización y su impacto en nuestra economía, aproveche la oportunidad para leer el libro de Daniel Yergin, The Guest. Energy, Securury and the Remaking of the Modern World, que presenta una visión integral de los desafíos de las energías renovables y no renovables en el mundo. Este trabajo de Yergin me pareció más completo y mejor enfocada que el premiado The Prize de los años noventa que presentó una historia fascinante del petróleo.
Una de las preguntas ordenadoras del libro The Guest es: ¿Cómo las economías pueden proporcionar suficiente energía sostenible y limpia para siete mil millones de personas sin dañar el medio ambiente? Yergin ensaya una respuesta ordenándola en tres parámetros, a saber: la escasez de energía, la seguridad energética y el daño al medio ambiente.
Desde que en 1859 se comenzó a producir barriles de petróleo se afirma que esta forma de energía está por terminar. Se han escrito ríos de tinta prediciendo que el combustible fósil desaparecería. Pero la geología y las entrañas de la tierra son tercas. Según Yergin, las reservas internacionales de petróleo y gas natural continúan en aumento impulsadas por los precios y las innovaciones tecnológicas en el sector. En 1980, el barril de petróleo costaba 10 dólares, en el 2008 estuvo cerca de 150 dólares. En el año 2013, fluctúa en torno de 100 dólares. Mejores precios de los hidrocarburos han posibilitado extraer este energético de yacimientos cada vez más remotos. Es el caso de la exploración y explotación en aguas profundas en el mar que han convertido a Brasil en una potencia. Las mejoras tecnológicas, especialmente en sísmica de 3D, han permitido encontrar más reservas de petróleo y gas natural. Recientemente las tecnología de fracturamiento hidráulico , o " fracking ", han hecho posible la extracción del shale gas. Esta técnica “libera el gas o petróleo de rocas sedimentarias de muy baja porosidad y permeabilidad (shales) a base de inyectar en el subsuelo agua a presión, junto a pequeñas cantidades de arena y productos químicos”. Gracias al uso de esta tecnología, Estados Unidos tiene reservas de gas natural por un siglo y va en la misma línea en el petróleo. De acuerdo a Yergin, hace 15 años, el shale gas representaba menos del 1 por ciento del gas extraído en Estados Unidos. En el 2011, la producción de este energético fue más del 25 por ciento y en dos décadas podría alcanzar el 50 por ciento. Entretanto, también existen fuertes críticas al fracking por su impacto sobre el medio ambiente, siendo este un tema de debate complejo.
El shale gas que esta ayudando a consolidar la independencia energética de los Estados Unidos y esta cambiando la dinámica interna y las perspectivas futuras del mercado del gas natural tradicional y del comercio del LNG. Por supuesto estos cambios en la producción de petróleo y gas también afectan y lo harán más a futuro, la geopolítica de la energía.
El petróleo, gas y carbón, por lo menos hasta el año 2030, representaran cerca del 69 por ciento del consumo global. La demanda también seguirá aumentado impulsada por la China y la India. Estas son buenas noticias para Bolivia si sabe mantener y diversificar sus mercados y sobre todo, si es capaz de atraer inversión extranjera directa para sector gasífero nacional. A futuro, es plausible que Bolivia tengas reservas de shale gas, pero nunca hay que perder de vista que la competencia está mucho más dinámica en el mundo y la región latinoamericana.
Para Yergin, en el ámbito de la seguridad energética, el sistema internacional en seguirá preocupado con el tema de energía nuclear y sus usos pacífico o bélicos; la inestabilidad política del Oriente Medio de donde aún proviene el grueso de la oferta de hidrocarburos; y los posibles ataques cibernéticos a las redes de electricidad. En los temas de seguridad, también es importante evaluar el impacto de los nacionalismo petroleros que están surgiendo en todo el mundo y su impacto sobre la oferta y los precios de la energía.
Pero según Yergin, la preocupación más compleja es el calentamiento global. En la actualidad, la quema de combustibles fósiles envía 450 partículas de contaminación por millón y esta contaminación no tiene indicios de que parará, menos aún con el modelo chino de desarrollo que depende fuerte de la producción de carbono. En este tema Yergin sostiene que esta es una amenaza a la vida en el planeta que si bien esta en la agenda del debate mundial, no fue asumida con convicción por ningún país, todos sin excepción priorizan un modelo desarrollo económico contaminador.
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