Día del Archivista Boliviano

Día del Archivista Boliviano

Gonzalo Molina Echeverría.- El 18 de octubre fue declarado el “Día del Archivista Boliviano” por voto resolutivo de la Segunda Reunión de Consulta sobre Archivos Bolivianos (Cochabamba, julio 7 de 1982), en homenaje a la fecha de creación del Archivo General de la Nación, e instituida por el Ministerio de Trabajo mediante Resolución Ministerial Nº 799/12 de 15 de octubre de 2012.
Los dos repositorios más importantes de la Nación, de valores inapreciables –cualitativa y cuantitativamente– por la función y servicio que cumplen, son la Biblioteca Nacional de Bolivia (BNB), creada en julio de 1825 como Biblioteca Pública, y el Archivo Nacional de Bolivia (ANB), creado el 18 de octubre de 1883 como Archivo General de la Nación, ambos con sede en la ciudad de Sucre. En 1935, ambos repositorios se fusionan en una sola institución con separación de sus fondos documentales y bibliográficos y bajo una sola Dirección.
La BNB conserva, preserva y accesibiliza todo material impreso (libros, folletos, revistas, boletines, periódicos, etc.) bolivianos y de interés para Bolivia sobre toda clase de asuntos.
En esta oportunidad, nos referiremos al ANB, importante institución que cumple 130 años al servicio de la investigación, la ciencia, la cultura y el desarrollo nacional.
Anterior a 1883, el Estado boliviano no se había preocupado ni percatado de la importancia y necesidad de establecer y organizar positiva y realmente el Archivo Nacional. Fue Gabriel René Moreno, historiador, bibliógrafo y papelista, quien en 1871-1874 dio la señal de alarma sobre el inminente peligro y la patética situación en que se encontraban los Recursos Documentales coloniales y republicanos en la capital de la República, a merced del “sublimen desdén boliviano”. Los antecedentes inmediatos de la creación del ANB se basan en la búsqueda, en 1882, de documentación referida a la exploración y colonización del territorio del Chaco. Es así que por Ley de 18 de octubre de 1883, en el gobierno de Narciso Campero, se crea el “Archivo Jeneral de la Nación” en base a la antigua jurisdicción de la Audiencia de Charcas, con sede en La Plata (Sucre), y con el remanente de la documentación colonial y republicana, con el propósito de “poner en orden y clasificar el Archivo Nacional de la República, coleccionando en sección especial todos los documentos que directa e indirectamente se refieran a límites nacionales, departamentales o provinciales”.
Posteriormente, por Ley de 28 de noviembre de 1898, se crea en Sucre una oficina con el nombre de “Archivo General de la Nación”, con el objetivo de concentrar las documentaciones públicas oficiales nacionales y “asegurar la conservación ordenada y clasificada correspondientes a los departamentos legislativo y ejecutivo y los que actualmente contiene la oficina del Archivo Nacional”, desde los primeros tiempos de la República, inclusive anteriores. Sin embargo, esta disposición no se concreta por el cambio de sede del gobierno central de Sucre a la ciudad de La Paz, como consecuencia de la guerra civil de 1898-1899. Este hecho significó que la documentación producida y depositada por el gobierno central en La Paz no sea transferida al AGN en Sucre. Por tanto, la documentación pública, oficial y nacional, que se originó en la ciudad de La Paz desde 1899, las más de las veces fue dispersándose, eliminándose, enajenándose o destruyéndose, estructural y materialmente, ya sea deliberada y/o indeliberadamente, por omisión y comisión, con daños y perjuicios irreversibles para el propio Estado y Nación boliviana.
Gunnar Mendoza, Director de dicho Repositorio, realiza las gestiones pertinentes y logra que se apruebe y promulgue el D.S. 05758 de abril 7 de 1961, que dispone que la documentación pública oficial, sin uso activo o administrativo con más de 35 años de antigüedad, deba conservarse en el ANB. Dicha documentación comprende la Presidencia de la República, Ministerios y oficinas estatales de carácter nacional. Sin embargo, para la ejecución y cumplimiento del mencionado D.S., siguiendo con los requerimientos legales del caso, Gunnar Mendoza no pudo lograr que las transferencias de las documentaciones se cumplan de manera regular, por la incomprensión y la negligencia de los funcionarios y del propio Estado. Aunque posteriormente el Archivo de La Paz-UMSA, creado en 1971, recuperó e hizo alguna que otra transferencia documental al ANB resultante de la situación de emergencia.
De acuerdo con Gunnar Mendoza, el ANB “tiene la atribución reglamentaria de recibir, custodiar, preservar, accesibilizar y difundir para fines de estudio, de acentuación de la conciencia cívica y de comprobación del estado legal de las personas: a) los Recursos Documentales estatales inéditos acumulados directamente por la actividad del gobierno central del país en cualquier época de su historia; b) los Recursos Documentales no estatales inéditos que por decisión de sus poseedores son cedidos a este Repositorio”. Dos secciones comprende el ANB, de acuerdo a los periodos históricos de Bolivia: Colonia (1546-1825: Audiencia de Charcas) y la República (1825-S. XX.: Poderes Ejecutivo, Judicial y Legislativo).
Es evidente la importancia del ANB que se proyecta inclusive para atraer el turismo con la visita permanente de investigadores nacionales y extranjeros (antropólogos, arqueólogos, economistas, escritores, historiadores, periodistas, sociólogos, etc.), para la investigación científica, la cultura y el desarrollo; para la administración pública; para la información en órdenes del conocimiento humano para su aplicación en proyectos: “sin información idónea previa –dice Gunnar Mendoza– ninguna actividad puede realizarse plenamente”; para la sociedad en su conjunto: para el pueblo, por ejemplo, “en el estímulo de la conciencia de su propia identidad y de conciencia cívica a través de exposiciones y de otros medios de difusión de los valores documentales”.
En 1986, mediante Ley 781 de febrero 5, el ABNB pasa a depender, junto a la Casa de la Libertad (Sucre), Casa Nacional de la Moneda (Potosí) y Museo Nacional de Etnografía (La Paz), del Banco Central de Bolivia. Y por Ley 1670 (31 octubre 1995; arts. 81-83) se crea la Fundación Cultural del BCB para la administración de estos cuatro Repositorios nacionales.
El local e infraestructura del ABNB era insuficiente para cumplir idóneamente con sus funciones. Es así que en 1989 se promulga el D.S. 22199 de 24 de mayo, por iniciativa y proyección de Gunnar Mendoza, por el cual “se declara de máxima necesidad y utilidad de la Nación de dotación al ABNB de un edificio propio, funcional y exclusivo”. Este hecho se concreta el 31 de octubre de 2002, con la entrega e inauguración del nuevo y moderno edificio en la calle Dalence Nº 4 de la ciudad de Sucre.
Un hito importante en los anales del ABNB y de la archivística boliviana es la designación de Gunnar Mendoza (1914-1994) como director de la institución, que luego de su fallecimiento es declarado director honorario y perpetuo del ABNB, además de “Maestro e impulsor de la archivística boliviana”, quien consagró su vida y obra con esmero, perseverancia y ejemplo de trabajo a la preservación, organización, accesibilización y difusión de los Recursos Documentales del ABNB, durante 50 años (1944-1994) de entrega y dedicación generosa.
Mi homenaje a este eminente archivista, historiógrafo y bibliógrafo boliviano, cuyo centenario de su nacimiento se celebra el 3 de septiembre de 2014.