¡Tengo pena!

¡Tengo pena!

Juan José Bonifaz B..- Cuando recorro las calles de mi tierra natal, la encuentro sucia y desordenada, sus aceras melladas y descuidadas; veo en plena etapa de cambio, multiplicar la mendicidad y el desorden urbano, ni qué decir del caos vehicular, la inseguridad, la contaminación ambiental y la información del internet: ¿Sucre la ciudad de los cables?
Los puntos de atracción turística tienen lamentables condiciones de acceso, por ejemplo, la avenida Francisco Mendoza, que conduce a las internacionales “Huellas de Dinosaurios”, que no merece ser tratada de esa manera. El Lic. Gastón Solares, en sus columnas de los miércoles, no se cansa de referirse a los temas urbanos con gran preocupación y desánimo.
Es que, en estos tiempos, la autoridad ha perdido autoridad, y todas, o casi todas, buscan popularidad a cualquier precio, y por tanto, reina el malestar en las oficinas, las calles y ni qué decir de la Plaza 25 de Mayo, que finalmente se ha convertido, gracias a la inclusión, en un mercado persa donde se oferta todo, desde baile, música, droga y hasta exposiciones de todo nivel, para que tolderíos y graderías, casi con carácter permanente, le resten señorío. ¿Qué tal plaza histórica de la Capital?...
Tengo pena porque la inversión de nuestros mayores, que en su mayor parte fue privada, hoy está a disposición y normativa de autoridades cuya capacidad no está a la altura del desafío de su conservación, y por tanto, con la corrupción que campea, el patrimonio histórico y cultural está en peligro. Sucre es una de las joyas que dejaron nuestros abuelos, y nuestra generación ni siquiera tiene la capacidad de conservarla y ponerla en el mercado turístico en condiciones competitivas. No hay creatividad, sólo rutina, por eso se dan disputas por los mismos proyectos.
Duele que se pretenda un aeropuerto internacional que, por sus características, resulte otro fiasco; ojalá estemos a tiempo de adecuarlo a las verdaderas exigencias de uno internacional porque de ello depende el futuro del turismo y todas sus connotaciones favorables. Otro tema pendiente es el equipamiento del Centro de Convenciones y su entorno de parque y palacios de la Glorieta y la Florida; alejarse del proyecto original elaborado por el Arq. Gustavo Medeiros representará no cumplir con los alcances y objetivos de este emprendimiento.
A diario se ningunea a la ciudad Madre de Bolivia por ignorancia y mezquindad. Quienes se niegan a reconocer sus legítimas necesidades y derechos –que en mayoría son los propios chuquisaqueños– toman una actitud parricida, al igual que quienes no cumplen con sus obligaciones de servicio a su tierra.
Tienen que saber que al frente está la Ley y su conciencia, tarde o temprano. Ya tienen el temor de hacer frente a su propia debilidad. La popularidad tiene un precio que pagar. En los momentos de gloria, los hombres sólo saben de las grandes alturas; no de las privaciones y grandes soledades del aislamiento y la pobreza. Creen que llevan consigo a sus amigos, sus jerarquías, cualidades, moralidades, dignidad, lazos y religiones en el camino de ida; pero en el de vuelta, son sombras del hombre cogido y enredado en su conciencia; crían dolor y frustración, la vida para ellos, es una lucha constante, una continua batalla, un incesante tropezar sino caer, por la factura que cuelga sobre sus cabezas, como cargo pendiente con la sociedad y la patria.