Confirmado, se precisa campo ferial

Confirmado, se precisa campo ferial

Gastón Solares Ávila.- Organizar una feria teniendo un escenario adecuado es, sin duda, tarea difícil, pero hacerlo en un ambiente construido para otros fines, demanda mayor esfuerzo aún. Por tanto, esta nota no es crítica a los organizadores, sino reflexión para no seguir el camino de las improvisaciones. Ha llegado el tiempo de tomar la decisión de que la próxima feria debe llevarse a cabo en el nuevo campo ferial, así no esté totalmente terminado, como ha ocurrido en otras ciudades bolivianas.
La última versión de la Fexpo Sucre ha tenido, sin duda alguna, mayor concurrencia que las anteriores y también mayor número de expositores. Sin embargo, la incomodidad del lugar, sobre todo en las horas de mayor concurrencia, la deficiente señalización para el recorrido, el cierre de escaleras para los pisos superiores y otras deficiencias, han sido la causa para que muchos de los visitantes no puedan ubicar todos los stands y para que desconozcan la participación de algunos.
Otro aspecto negativo ha sido el exagerado volumen de los aparatos de sonido que han perturbado la paz de los vecinos, que han sufrido una especie de martirio acústico durante varios días y hasta altas horas de la noche. Es una lamentable realidad que caracteriza a las ferias bolivianas, en las que más importante que la promoción de bienes y servicios, es la programación de los espectáculos que atraen gente, lo que desvirtúa el objetivo mismo de una feria exposición. La mejor prueba de lo afirmado es el hecho de que, según informe oficial, la construcción del parque ferial en Lajastambo se ha iniciado por el escenario y la plaza de comidas, insólito.
Existe la idea más o menos generalizada de que los expositores hacen un negocio extraordinario en estas ferias, lo que no es así, aunque existen obviamente excepciones dentro de las que está el sector automotor. Muchos participan solamente por apoyar las actividades regionales, pero no lo harán más en escenarios que no sean expresamente destinados a este fin, pues ya es tiempo de acabar con las improvisaciones. Tampoco es justo gastar los recursos municipales, cada año, para habilitar escenarios, como el de los mercados Yurac Yurac y San Antonio, en los que no queda nada después de las “inversiones” realizadas hace años.
En Oruro, por ejemplo, su importante campo ferial empezó con tres galpones vinculados por pasos peatonales. Su primera feria fue una demostración de trabajo eficiente y esforzado y, cada año, se apreciaban las mejoras y ampliaciones resultantes de las actividades anteriores, un ejemplo digno de imitar. Hubo también espectáculos, pero a nadie se le ocurrió empezar por lo complementario, sino por lo principal.
Santa Cruz, Cochabamba, Oruro y Tarija, en ese orden, tienen campos feriales importantes. Nosotros hemos empezado tarde, pero más vale tarde que nunca. El proyecto inicial data del año 2000; es decir, tenemos 13 años por recuperar, de manera que no podemos perder más tiempo. La última versión de la Feria ha tenido como mayor éxito la oferta pública presidencial, lo que indudablemente garantiza el financiamiento y la conclusión de la obra lo que, ciertamente, constituye una noticia muy positiva para la actividad productiva del Departamento.
Es evidente que todos los proyectos de cierta envergadura tienen un tiempo de gestación que resulta necesario para unificar ideas. En el caso del campo ferial, ese lapso ha sido demasiado largo, lo que nos coloca en una situación de desventajosa con relación a nuestras pretensiones de organizar una ferial internacional. En todo caso, la realización de la última versión de FEXPO SUCRE ha ratificado un mensaje que ya estaba bien claro: Se precisa un campo ferial construido específicamente para el efecto.