EDITORIAL
La exitosa experiencia de los Juegos Estudiantiles
La exitosa experiencia de los Juegos Estudiantiles
Los Juegos Estudiantiles son una buena muestra de lo mucho que puede hacerse para mejorar el rendimiento de nuestros niños y jóvenes
Una vez más, por cuarto año consecutivo, se han llevado a cabo los “Juegos Estudiantiles Plurinacionales Presidente Evo”. Y como también ya es habitual, ha sido enorme la expectativa que la competencia deportiva ha generado no sólo entre sus protagonistas sino en la ciudadanía en general. Es que más allá de cualquier imperfección que se pueda hallar en la organización y realización de las diferentes actividades, resulta ya innegable que esta iniciativa del Ministerio de Educación y Deportes es una de las que más aplausos merece y, por consiguiente, sólo cabe reiterar las expresiones de felicitación y apoyo a sus autores y ejecutores.
No puede ser de otra manera si se considera que alrededor de esta justa deportiva se concentra todos los años la atención de más de medio millón de estudiantes que, con el apoyo de padres y madres de familia, profesores, directores, compañeros de curso, vecinos y amigos, despliegan sus mejores esfuerzos en pos de éxitos deportivos. Y si ese hecho no fuera suficiente para que los “Juegos Estudiantiles Plurinacionales” sean merecedores de un respaldo, no es difícil suponer lo grande que debe ser el efecto multiplicador del espíritu competitivo que esta actividad fomenta.
Tan importante como la atención que la competencia recibe durante las jornadas de su etapa final, es todo lo que ocurre a lo largo de los seis meses que duran las etapas iniciales, en las que todos los escenarios deportivos de nuestro país, desde los más importantes hasta los más humildes, los ubicados en los campos más alejados del territorio nacional, se abren para que muchos miles de estudiantes se disputen el privilegio de representar a su curso, su colegio, barrio, municipio y departamento.
No es difícil suponer, porque no hay por qué no esperar buenos frutos cuando se hace lo necesario para conseguirlos, que muchos de quienes a través de los juegos se involucraron con alguna disciplina deportiva estarán muy pronto representando a Bolivia en competencias internacionales. Pero aún más importante que eso es que cada minuto de tiempo dedicado al deporte, multiplicado por miles de jóvenes, es sin duda la mejor fórmula para que las nuevas generaciones cultiven la salud física y mental.
Si a lo anterior se suma que los Juegos Deportivos Plurinacionales tienen como complemento las Olimpiadas Científicas, en las que con el mismo entusiasmo se fomentan las inquietudes estudiantiles para encauzarlas hacia las distintas disciplinas del quehacer científico, se completa un cuadro muy alentador sobre lo que puede esperarse de un Estado capaz de salir de los estrechos marcos de la rutina burocrática. Ambos son, sin duda, excelentes ejemplos de lo mucho que puede lograrse en nuestro país para mejorar el rendimiento de nuestros jóvenes a través de la motivación, la adquisición y fortalecimiento de hábitos sanamente competitivos.
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