LA NOTICIA DE PERFIL

Día de “Las Ñatitas”

Día de “Las Ñatitas”

Paulovich.- Esta mañana saludé cariñosamente a mi Pariente Espiritual, como lo hago cotidianamente, pero de pronto reparé que junto a los periódicos que portaba tenía un envoltorio que ocultaba algún objeto delicado. Llevado de mi habitual curiosidad periodística, le pregunté qué contenía el misterioso paquete.
Cuando me lo enseñó, pegué un grito de espanto al ver que se trataba de una macabra calavera que la valerosa cochabambina empezó a besar diciéndole que era su “ñatita” para que, a continuación, hiciera lo mismo a un conocido periodista que en su juventud gustaba de besar a ñatitas de verdad.
Asqueado y tembloroso, pedí a mi adorada prestamista que retirase de mi vista la asquerosa calavera, símbolo de la muerte y de feroces piratas, según algunos libros de mi infancia.
Macacha volvió a besar la calavera y como si ésta se hallara viva le dijo: “Ñatita querida, te he traído a la casa de mi compadre para que duermas esta noche con él porque mañana es el Día de las Ñatitas y queremos agasajarte como mereces y pedirte que realices algunos milagros porque ya no creemos en nadie, ni en Evo Morales, ni en Álvaro García Linera ni en su Ministro de Economía y Finanzas, el señor Luis Arce Catacora”.
Urgido de milagros como estoy en este mes de noviembre, faltando poco tiempo para celebrar la Navidad y el año Nuevo, vi que era insensato tratar mal a “la Ñatita” y negarme a dormir con ella esa noche para luego rendirle homenajes mañana, cual mandan nuestros supersticiosos del país y los yatiris que asesoran al Presidente Evo y a su Canciller David Choquehuanca, más conocido entre nosotros como “Chocky”.
Ante mi triste situación económica y financiera, no me quedó más remedio que recapacitar y acercarme a mi comadre de Quillacollo para decirle cariñosamente: -Está bien, comadritay, déjeme a esa horrible calavera, digo hermosa ñatita, para que esta noche duerma conmigo en mi alcoba matrimonial para que mañana, que es su día, la agasajemos usted y yo, pidiéndole los muchos milagros que hoy necesitamos como la multiplicación de los pesos y la unión de todos los demócratas del país en las próximas elecciones del mes de octubre de 2014.
Como mi pariente espiritual no se fía de nadie, tomó en sus manos la asquerosa calavera y dándole besitos en el cráneo y donde estaban sus fosas nasales la depositó en mi lecho matrimonial. Luego se despidió y me dio estas recomendaciones: “Trátela cariñosamente, compadrituy como si fuera yo misma, y mañana comprobará que ella es muy linda, comprensiva y generosa, haciéndonos muchos milagros, todos los que necesitamos en este tiempo de hambre, escasez y pobreza general”.
Mientras tanto, seguiremos creyendo en todos los ídolos y las supersticiones.