PREOCUPACIÓN. Los obispos se reunieron en la ciudad de Cochabamba.

TRAS LA CONCLUSIÓN DE LA ASAMBLEA ANUAL DE OBISPOS

Iglesia: Justicia y drogas, temas que preocupan

Además expresan su preocupación por el alcoholismo, violencia intrafamiliar y la persecución judicial que destruye a las personas

El Deber y Oxígeno

La Iglesia católica expresó su preocupación por la inseguridad, el narcotráfico y el descrédito de la justicia tras concluir la 96º Asamblea Anual de Obispos de Bolivia que se cumplió ayer en Cochabamba.
Los religiosos deliberaron durante seis días en la ciudad del valle. De acuerdo con un mensaje de la Conferencia Episcopal Boliviana (CEB), se identificó a la violencia, los asesinatos, los linchamientos, el narcotráfico y la falta de una justicia imparcial como los principales males que afectan a la población.
Monseñor Eugenio Scarpellini fue el encargado de dar lectura al mensaje de la Iglesia católica.
"Nuestra sociedad vive con inquietud y temor los hechos de muerte que siembran dolor y siguen desafiándonos a todos la creciente ola de violencia, los asesinatos atroces como en Palmasola y Apolo (La Paz), los linchamientos cada vez más frecuentes, la amenaza a la vida de los nacidos vivos, a la dignidad humana y a la familia, el narcotráfico con sus secuelas nefastas hasta en los jóvenes y niños, el alcoholismo con sus repercusiones, la violencia intrafamiliar, las violaciones a menores y la falta de una justicia equitativa e imparcial para todos", sostiene el mensaje de los obispos.


ASPECTOS ALENTADORES
Cerrando el “año de la fe”, los obispos ven signos alentadores en el país que dan cuenta de mejores condiciones de vida y de desarrollo para el pueblo en general como la mayor liquidez económica, mejoramiento de los servicios básicos y ayuda a los sectores más débiles por medio de bonos que les alivian en algunas necesidades.
A esto se suma la toma de conciencia acerca de la necesidad de preservar el medio ambiente, ante el impacto socioambiental de la contaminación por la explotación inadecuada de los recursos naturales y el calentamiento global. También se destaca el proceso de inclusión y participación de grupos y personas que, marginados, no tenían acceso a la vida social, económica y política en la sociedad.
También se refieren al descrédito de la Justicia y puntualizan que “al igual que muchos otros ciudadanos, los religiosos acusados sufren una malintencionada retardación de justicia”.
Los obispos exigen que se aclare, en base a una investigación objetiva y libre de toda presión, los últimos robos que se dieron en algunos templos.
Asímismo lamentan que “tantos otros ciudadanos son víctimas de una persecución judicial, que los envuelve en un sinfín de juicios que buscan destruir a las personas en vez de instaurar la verdad de los hechos”.
Piden que las cárceles sean espacios de rehabilitación humana y donde se respeten los derechos y la dignidad de los privados de libertad, esperan que estos centros dejen de ser lugares donde campea la ilegalidad y la ley del más fuerte.
En el tema de la educación, al destacar la formación de los docentes a través del Programa de Formación Complementaria (Profocom) hasta el nivel de licenciatura, se observa con preocupación que en diferentes materiales se emiten juicios de valor respecto a la opción religiosa.