RAÍCES Y ANTENAS

Evo Noel y el espejismo populista

Evo Noel y el espejismo populista

Gonzalo Chavez A..- Papa Noel se vino del Polo Norte a Bolivia y se unió al proceso de cambio. Analicemos el impacto económico de DS 1802 que establece el 2do aguinaldo (2G).
1) El DS establece que el 2G se pagará toda vez que el producto interno bruto (PIB) anual este por encima del 4,5%. Esta justificación para gatillar el aginaldazo adolece de problemas técnicos y es discriminatoria. El PIB es el promedio de crecimiento de todos los sectores de la economía. En el 2012, hidrocarburos creció al 14.7% servicios financieros al 9% y construcción al 9.2%, valores por encima del periodo que fue de 5.2 %. Entre tanto sectores como minería (-7.2%), comercio (3.8%), y transporte (2.9%) registraron tasas de crecimiento negativas y/o muy por debajo del promedio. En el primer 2013, ocurrió algo parecido, agricultura, minería y comercio crecerán por debajo del 6.5%. En suma, no todos los sectores generaron riqueza en el mismo nivel. El parámetro del PIB tampoco distingue entre el desempeño del gigante Entel y la pequeña empresa Tortas Dolly. Tampoco es lo mismo vender gas natural al exterior, bajo un contrato que garantiza precio y cantidades, que comercializar muebles al mercado interno y externo con precios que están sometidos a una intensa competencia. En este contexto no es justo que a todos se los meta en una misma bolsa.
2)También se afirma que el aguinaldazo sería un incentivo a la producción en las empresas. Pero vale recordar, por ejemplo, que buena parte las ganancias de compañías grandes han crecido en los últimos años, piense en YPFB, gracias a la subida espectacular de los precios de los recursos naturales (gas). El grueso del aumento del valor de la producción se debe al efecto precio y casi nada al incremento de la productividad. Entonces cuando el gobierno propone el 2G está premiando la suerte de tener precios elevados del mercado externo y no el esfuerzo productivo.
3) El aguinaldazo tendrá un impacto sobre la inflación, que ya está elevada. Hasta fin de año será superior al 7,5% y la inflación de alimentos podría llegar al 15%. En este contexto la gigantesca inyección de liquidez, que significa el 2G, ciertamente acelerará la inflación, por el impulso de la demanda agregada y también por el lado de la oferta en las empresas fijadoras de precios. Cabe recordar que la economía boliviana está sobre calentada, crece al 6.5%. Las empresas están cerca de la plena capacidad y los comerciantes ya tienen sus inventarios para fin de año. Por lo tanto, el estímulo de demanda, a estas alturas del campeonato, no tendrá un efecto multiplicador sobre cantidades y sí sobre los precios. Además por el lado de la oferta, el sector informal (comercio y servicios sobre todo) buscará su aguinaldo incrementado precios, que a su vez es costo para otras empresa, así la espiral inflacionaria se propaga alimentada por las expectativas y la especulación. Habrá una inflación por costos.
El gobierno puede buscar controlar la aceleración inflacionaria. Pero enfrenta el dilema entre el pirómano (la política fiscal expansiva) que debe ayudar a ganar las elecciones en el 2014 y el bombero de manguera corta (la política monetaria contractiva) que debe evitar la inflación. De hecho en las últimas semanas el Banco Central ha retirado 2.000 millones de Bs., aumentando la tasa de interés y el encaje legal, pero el aguinaldazo metió más gasolina al fuego de la inflación. Políticas monetarias restrictivas elevan las tasas de interés que encarecen el dinero y frenan la inversión. También para controlar la inflación el gobierno abarató las importaciones legales e ilegales vía apreciación del tipo real. Esta política seguirá, pero es otra puñalada a la industria nacional. Ciertamente seguirán los controles de precios y otras medidas administrativas, con resultados poco efectivos como en el pasado. Con la inflación en alta, el 2G es un espejismo populista, lo que entró por el bolsillo derecho saldrá por el izquierdo comido por el impuesto-inflación.
4) El gobierno sostiene que las empresas (pequeñas, medianas y grandes) están ganando dinero. Es torpe equipararlas. Desde el árbol de poder se reconoce que, en lo que va del año, las empresa privadas pagaron 7.194 millones de Bs por impuestos a las utilidades, lo que representa un aumento de 260% respecto al 2005. Las empresas ya están haciendo una contribución al fisco. Desde el punto de vista contable el aguinaldazo es similar a otro impuesto porque que resta recursos a la empresa para reinversión y nuevos proyectos, especialmente a las PYMES formales.
5) El gobierno argumenta que el 2G fomentará la industria nacional. Esta es otra “inverdad”. La economía boliviana, a pesar del discurso anti neoliberal, es muy abierta al comercio mundial. Por cada dólar que recibimos de exportaciones, gastamos aproximadamente 0.80 centavos en importaciones. El bono navideño Evo Noel impulsará las importaciones legales e ilegales, que son competencia desleal para la producción nacional.
6) El aguinaldazo es como un impuesto a la formalidad, y por lo tanto incentiva a que las empresas terciaricen el trabajo y lo que es más grave se refugien en el sector informal, donde todo vale y no hay Estado que sobre regule. Piense en el sector cocalero.
El gobierno presenta el 2G como una socialización de ganancias, pero como fue visto, los impactos más estructurales van en la dirección contraria. La medida perjudica el desarrollo del sector privado especialmente pequeño, fomenta la informalidad, provoca inflación, impulsa las importaciones legales e ilegales matando la industria nacional y pone en peligro el empleo. Es fuego de paja populista que desorganiza la economía. No hay duda que el país necesita de políticas públicas para mejorar los ingresos de todas la población y no solo del 20% que tiene un empleo formal. Un camino a recorrer es una revolución productiva pero esto obviamente no da votos.