NEGOCIACIÓN. El ministro iraní de Exteriores, Mohammad-Javad Zarif, saluda al secretario de Estado de EEUU, John Kerry (c).
NEGOCIACIÓN. El ministro iraní de Exteriores, Mohammad-Javad Zarif, saluda al secretario de Estado de EEUU, John Kerry (c).

OCCIDENTE PODRÁ CONTROLAR PROGRAMA NUCLEAR

Acuerdo satisface a Irán pero decepciona a Israel

Acuerdo satisface a Irán pero decepciona a Israel

Las potencias occidentales más Rusia patrocinaron un documento que el Presidente de EE.UU. califica como "éxito diplomático"

Ginebra, Washington/EFE

Los dirigentes de Irán consideran que el acuerdo alcanzado ayer domingo en Ginebra –que congelará su programa nuclear durante seis meses– supone un reconocimiento del mundo a su derecho a enriquecer uranio y un alivio inmediato de las sanciones que asfixian su economía, mientras Israel calificó el pacto de “un error histórico”.
Las autoridades iraníes no dejaron de felicitarse por un pacto que, a su entender, supone un "éxito" porque logra reafirmar frente a la comunidad internacional su derecho a desarrollar la energía nuclear con fines exclusivamente pacíficos.
"El logro central es que los derechos a enriquecer en suelo iraní han sido reconocidos por las naciones. Esto ha sido explícitamente estipulado por este acuerdo", manifestó el presidente iraní, Hasán Rohaní, en una rueda de prensa, en la que prometió a sus ciudadanos que "el enriquecimiento continuará como en el pasado".
"(Las instalaciones nucleares de) Natanz, Fordó, Arak, Isfahán y Bandar Abás continuarán sus actividades", señaló el dirigente, que felicitó al equipo negociador por haber logrado un pacto que tardó una década en alcanzarse.
El texto, en realidad, no reconoce explícitamente el derecho a enriquecer uranio, aunque sí a desarrollar "la energía nuclear con fines pacíficos" y en conformidad con el Tratado de No Proliferación, del que Teherán es firmante.
El denominado "Plan de Acción Conjunto", si bien permite seguir enriqueciendo, lo hace a un nivel inferior al 5 por ciento y exige la disolución de buena parte de las reservas de uranio enriquecido al 20 por ciento, un nivel próximo al necesario para fabricar una bomba nuclear.
La rápida felicitación del líder supremo de la República Islámica, el ayatolá Alí Jameneí, que dio su bendición al acuerdo públicamente, podría poner coto a las críticas que pudieran tener los sectores más conservadores en Irán, contrarios a cualquier pacto con Occidente y sobre todo con EEUU.
Además, de felicitar al Gobierno por el logro, Jameneí dio luz verde para que se siga negociando con el fin de obtener un acuerdo definitivo que ponga fin a una década de disputas que alivie las sanciones internacionales que paralizan la economía iraní.


RECHAZO ISRAELÍ
Por su parte, el gobierno israelí rechazó de la forma más enérgica el acuerdo con Irán, un trato que considera un "error histórico" que en nada le "compromete" de cara a una futura operación militar.
"Lo que se ha acordado en Ginebra no es un acuerdo histórico sino un error histórico", puntualizó el primer ministro, Benjamín Netanyahu, al rechazar la ola internacional de felicitaciones a los negociadores de EEUU, Rusia, China, Alemania, Gran Bretaña y Francia.
Para Netanyahu, que en los últimos años estaba embarcado en una cruzada casi mesiánica contra el programa nuclear iraní, el mundo se convirtió "en un lugar mucho más peligroso porque el régimen más peligroso del mundo ha dado un paso significativo para conseguir el arma más peligrosa del mundo".
Con ello, se quejó el jefe del Gobierno israelí, las potencias "han ignorado las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU que ellas mismas encabezan".
"Las sanciones, que tantos años han requerido, contienen la mejor de las posibilidades para una solución negociada. Estas sanciones han sido canjeadas por concesiones cosméticas por parte de Irán que pueden ser canceladas en cuestión de semanas", agregó. Israel no se vio sorprendido por el acuerdo de Ginebra, pero sí defraudado por el que Irán no se vea obligado a desmantelar sus instalaciones para el enriquecimiento de uranio y a que pueda seguir manteniendo en su territorio el material enriquecido hasta el 5%.
Se trata de algunas de las condiciones que el Consejo de Seguridad de la ONU impuso en su día como condición para levantar las sanciones internacionales a Teherán.
Para el primer ministro israelí, estas concesiones "ponen en peligro a muchos países, y entre ellos a Israel" por lo que su gobierno no se verá "comprometido" con los términos del acuerdo.
"El régimen iraní está comprometido con la destrucción de Israel, e Israel tiene el derecho y la obligación de defenderse a sí mismo, y por si mismo, contra cualquier amenaza", explicó antes de aclarar: "Israel no permitirá que Irán desarrolle armas nucleares".

Operación militar

El año pasado Israel parecía decidido a realizar una operación militar contra las instalaciones nucleares de Irán, que Washington frenó por una gran presión diplomática.

Obama destaca resolución por la vía pacífica

El acuerdo provisional alcanzado en Ginebra por el G5+1 sobre la limitación del programa nuclear de Irán supone una victoria para el presidente estadounidense, Barack Obama, aunque tendrá que enfrentarse a la oposición de un aliado clave como es Israel y al escepticismo de muchos congresistas.
Obama consideró que se trata de "un gran acuerdo" que "hará el mundo más seguro", pero advirtió de que "solo se trata de un primer paso".
El Presidente estadounidense enfatizó que la paralización durante seis meses del programa nuclear iraní es "un éxito diplomático" y recalcó que a través de él se consiguió que, por primera vez en una década, Irán pare su desarrollo.
"Desde que asumí el cargo, he dejado clara mi determinación para impedir que Irán obtenga un arma nuclear. Como he dicho muchas veces, mi gran preferencia es resolver este asunto pacíficamente", dijo Obama.