Comité custodio del patrimonio arquitectónico de la ciudad

Comité custodio del patrimonio arquitectónico de la ciudad

Gastón Solares Ávila.- En esta columna ya he informado sobre la conformación de este Comité que asocia a diversas instituciones de la ciudad, a las que se han sumado otras muy importantes como son el PRAHS y la Oficialía de Planificación del Gobierno Municipal. Para la próxima reunión, que será presidida por el Rector de la Universidad, se invitará también al señor Arzobispo en representación de la Iglesia Católica, a la Gobernación y a ejecutivos de EMAS y de Áreas Verdes para completar el Comité, que tiene por objetivo velar por la conservación del patrimonio arquitectónico y por la ciudad en general.
Todos los integrantes han coincidido en que esta organización tiene que estar presidida por la Universidad, cuyo Rector ha aceptado el reto. En la última reunión, el patricio chuquisaqueño don Julio Garrett, que preside la Fundación Gran Mariscal de Ayacucho, dijo que la mejor manera de no hacer nada es querer hacer todo al mismo tiempo, lo que implica que ante tantos y tan diversos problemas que tiene Sucre, se deben establecer prioridades y tomar acuerdos para encontrar soluciones factibles de ser encaradas sucesivamente y sólo excepcionalmente simultáneamente.
Se han evaluado diferentes aspectos y se ha comprobado que existe el convencimiento de que ante los graves problemas, es necesaria una acción en la que participen instituciones y ciudadanos, porque la imagen de la ciudad es responsabilidad de todos.
Obviamente, las acciones tienen que llevarse a cabo ante las autoridades del Gobierno Municipal, que siendo las responsables del cuidado de la ciudad, por estar seriamente enfrentadas, se han convertido en la causa y origen de sus males. Las decisiones son sólo efectivas cuando son oportunas y eso no está ocurriendo. Para respaldar esta aseveración, cito solamente el estado de las aceras y de las calzadas, las primeras en ruinas y las segundas llenas de huecos. ¿En qué estará la planta asfáltica cuya adquisición nos hizo alegrar tanto y nos indignó cuando se supo que estaba incompleta?
Cuanto antes se inicien las obras, las soluciones serán menos difíciles. Lo peor que nos puede pasar es dejar que pase el tiempo sin tomar decisiones y aquí es pertinente citar otro ejemplo. En la Avenida de la Vergüenza se han construido casetas que prestan servicios como maestranza de camiones. Si se hubiera tomado acción en cuanto apareció la primera, la solución hubiera sido fácil, pero ahora que son muchas obviamente las cosas ya se han complicado.
Otra causa de nuestros males es la inconsecuencia. Por una parte, se encara el plan de aceras limpias para evitar que los vendedores se apoderen de las vías de circulación de peatones y, por otra, son las mismas autoridades las que organizan ferias ocupando las aceras de la Plaza principal y también las calzadas. ¿Acaso no se puede recurrir a escenarios más adecuados para promocionar las actividades del programa Sucre Productivo, o de cualquier otro sector en el que las empresas privadas de comunicación han imitado el mal ejemplo?
En fin, estos problemas podrán ser analizados simultáneamente, pero otros acaso mucho más importantes, como el cambio de aspecto de la ciudad por la proliferación de construcciones inconclusas, requieren de soluciones que ataquen la causa del problema y eso solamente puede hacerse por intermedio del Concejo Municipal, que tiene que cambiar el sistema tributario vigente porque premia al que no concluye su obra y castiga al que lo hace.
Hay esperanza en la conformación de este Comité, porque tanto sus integrantes como las instituciones que lo componen, están alejados de toda política partidaria y sólo pretenden contribuir al renacimiento de la ciudad blanca, que tiene un tesoro que no estamos apreciando y menos conservando, situación que todos tenemos el derecho y la obligación de cambiar.