CARA O CRUZ
Fiscal Guerrero y una indignante campaña de propaganda
Fiscal Guerrero y una indignante campaña de propaganda
Raúl Peñaranda U..- La publicidad, ya sea comercial o política, suele mentir, exagerar. Este detergente no es el que lava mejor y el candidato aquel no es el más eficiente. Como las audiencias están entrenadas para detectar esas falacias, los publicistas han desarrollado técnicas para lograr un efecto de mayor credibilidad y verosimilitud. Por eso hay que “ver” al detergente dejando la ropa limpia y “mostrar” al candidato en actitudes de eficiencia.
Nada de esto está en una de las campañas de propaganda más indignantes de los últimos tiempos, la que desarrolla el fiscal general Ramiro Guerrero. Su oficina de comunicación ha mandado a hacer un spot de TV y cuña radial que viola todos los límites éticos y razonables de la publicidad política. Se emite, incansablemente, en varios canales de TV y emisoras de radio. Está bien que la propaganda mienta, pero no tanto. Dice el spot:
-Voz en off: su juicio tendrá un “proceso objetivo y transparente” (falso, la realidad dice que ello no es verdad, que los procesos “objetivos y transparentes” son una minúscula minoría).
-Fiscal Guerrero, mirando a la cámara: “A un año de gestión, el ministerio público vela por los derechos y las garantías de todos, trabajando día a día de manera limpia, honesta y transparente, recuperando la confianza de las bolivianas y los bolivianos” (falso, salvo excepciones, no vela por los derechos y garantías de todos, no trabaja de manera limpia, honesta y transparente ni ha recuperado la confianza de los bolivianos).
-Voz en off: “Fiscalía General del Estado, un año creando confianza” (falso, las encuestas no muestran que la gestión del fiscal general Guerrero haya ayudado, un ápice, en mejorar la imagen que tiene la ciudadanía sobre el Ministerio Público).
Esta campaña de comunicación es, aparte de escandalosa, contraproducente. En vez de ayudar a que la ciudadanía logre entender los objetivos, carencias y dificultades del ministerio público, lo que logra en realidad es generar desconfianza y rechazo. Si el fiscal Guerrero tiene la ilusión de que gracias a estos spots va a potenciarse políticamente y ganar credibilidad, pues se ha equivocado.
El ciudadano sabe de más de la corrupción, falta de recursos, sometimiento al poder político, arbitrariedades y otros males del ministerio público. Existen excepciones, honrosas, en este lóbrego ambiente, con jueces, fiscales y otros empleados probos y esforzados, pero son eso, excepciones.
No se puede conocer a cuánto asciende el gasto de esta campaña pero sin duda son cientos de miles de dólares pagados para su difusión a través de los distintos medios de comunicación. En un país pobre como Bolivia, y con una justicia moribunda, gastar esos ingentes recursos públicos en un spot para alentar, como si fuera un dirigente político, la imagen del fiscal general, es inaceptable.
La emisión del spot también demuestra que el fiscal general no tiene más que mostrar a la opinión pública. No puede exhibir una estadística que demuestre que los tiempos de las fases de investigación se han reducido, no puede demostrar que ha bajado la corrupción, no puede afirmar que la fiscalía es autónoma del Poder Ejecutivo. Mientras tanto, siguen sin sentencia Leopoldo Fernández y una decena de acusados del caso Porvenir, cinco años después de los sucesos; siguen sin sentencia los 39 acusados del caso Rozsa, cuatro años después de los sucesos; sigue sin ser investigado el ex fiscal Marcelo Soza, un año después de haber sido acusado de irregularidades; sigue sin ser investigado el ex ministro Sacha Llorenti por los hechos de Chaparina; siguen sin ser aclarados los sucesos de Caranavi; siguen sin ser investigados quienes provocaron la muerte de la cadete Poma… Ello para no hablar de los miles de acusados anónimos, que sufren prisión preventiva, en parte debido a que los fiscales encargados de sus casos demoran eternidades en las fases de investigación.
Damos la bienvenida a Raúl Peñaranda, cuya columna “Cara o Cruz” se publicará en estas páginas.
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