DESDE LA TIERRA
Las fotos de Chávez
Las fotos de Chávez
Lupe Cajías.- El revolucionario francés Marat fue uno de los pioneros en describir el rol motivador y destructor de la prensa en tiempos revoltosos. Más de dos siglos después, sus proyecciones adquieren descontroladas dimensiones por el potencial de las nuevas tecnologías.
Un caso ilustra la decadencia de aquellos objetivos de los medios de comunicación masivos que se enseñaban en las universidades: informar, orientar, educar, buscar la verdad. Me refiero a las fotos del agonizante presidente de la República Bolivariana Venezolana, Comandante Hugo Chávez.
Por una parte, está la falsa imagen que publicó el madrileño “El País” con el desencajado rostro del mandatario, supuestamente ya fallecido. Aunque la dirección del importante rotativo pidió disculpas, la fotografía circuló por las redes como verdadera durante más de 24 horas.
La edición europea repetía, esta vez en grado superlativo, distorsiones informativas sobre el gobernante venezolano. “El País” mantiene una política editorial absolutamente contraria al llamado socialismo del Siglo XX que seguía Chávez y que defienden otros mandatarios como el boliviano Evo Morales o el ecuatoriano Rafael Correa. Como todo medio, tiene el derecho legal y legítimo de tener una postura ideológica, pero sobrepasó el límite cuando difundió la mentira para mostrar que Chávez ya estaba muerto, aumentando las dudas mundiales sobre el estado de su salud.
En el otro extremo, está la foto repetida miles de veces por “Telesur” y la prensa oficialista de Caracas, además de los medios paraestatales bolivianos y regionales, que mostraba a un sonriente Chávez junto a sus hijas. ¿Sabremos algún día cuán real era esa imagen? ¿Quién o quiénes decidieron tomarla? ¿Era retocada? ¿Se usaron técnicas para modificar la verdad?
Es muy difícil aceptar que toda la información oficial, desde Caracas o desde La Habana, sobre la enfermedad y el progresivo deterioro del popular mandatario, fue cercana a la realidad y respetuosa con la opinión pública. Cualquier ciudadano con la experiencia de un pariente o de un amigo afectado por el temido mal del Siglo XX, sin ser especialista, puede dudar del rostro alegre en un moribundo. ¿Cómo se tomó una fotografía en un espacio de terapia intensiva, sin barbijos, con tantas personas en la pieza?
No sólo Marat, sino otros estudiosos de los sistemas de prensa y propaganda, tanto de la línea leninista o nacista, nos alertan sobre las mentiras “verdaderas”, sobre todo en tiempos de crisis. Y en casa, ¿cómo andamos?
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