A TI, JOVEN CAMPESINO

Llegó la hora de la verdad

Llegó la hora de la verdad

Pedro Rentería.- Ciertamente. Llegó la hora de la verdad. Bueno, no es el título de una película de acción ni la sentencia de un señor juez. Es lo que pensé cuando hace un par de semanas abandonaste el colegio y el hogar-internado con el título de flamante bachiller en tus manos. Igualmente, lo pensé de tus compañeras y compañeros que aún deben afrontar en la próxima Gestión el curso de la Secundaria que les corresponda.

Si durante diez meses te has sentido acompañado por los adultos que formamos parte del plantel de docentes y formadores del Centro, ahora debes afrontar, quizá en soledad, este mundo, esta realidad familiar y social, a la que perteneces.

¿Qué hará la vida contigo? ¿Qué harás tú con la vida? Alguna vez escribí la respuesta –en un antiguo artículo dedicado al compañero Gustavo–: será lo que tú quieras que sea… ocurrirá lo que tú quieras que ocurra. Ahora, querido amigo, querida amiga, eres el dueño, el protagonista de tu vida. Con todas las consecuencias.

Estoy seguro de que sales a ese mundo llevando en la mochila las suficientes destrezas necesarias, no sólo en cuanto a los conocimientos humanísticos, científicos y técnicos, sino también, y sobre todo, con las habilidades de encuentro y diálogo, de disciplina, de actitudes solidarias y espirituales, que te van a reclamar las personas y circunstancias sensatas que se acerquen a ti.

Además, si nos requieres, siempre estaremos cerca, de un modo u otro. No te arrojamos a la intemperie sino que nuestra mirada y afecto te acompañarán siempre. Cuando lo quieras, cuando lo necesites, acudiremos a tu llamada. Pero, recuerda, tú y sólo tú eres protagonista, al fin, de tus puntos de vista, decisiones y actuaciones. Protagonista y responsable.

En esta hora de la verdad te pedimos que seas prudente e inteligente. ¿Sabrás aprovechar esas destrezas y habilidades que te enseñamos? La prudencia te advertirá ante situaciones o personas que pretenderán envolverte con no buenas intenciones. La inteligencia te ayudará a tomar los recaudos mejores, las medidas oportunas, para afrontar dificultades, desánimos y tentaciones.

No lo dudes. Sobrarán ocasiones en que el alcohol y cualquier tipo de droga, esos malos amigos tan conocidos, querrán hacerse dueños de tu voluntad. Aprovecharán los momentos frágiles –tristezas, decepciones, fatigas, curiosidad– para situarse ante ti como el arma capaz de conjurar todo bajoneo. Debes rechazarlos sin miramientos. Lo ideal: tolerancia cero, como has oído muchas veces.

Mi torpe experiencia me dice que ante la posible carencia de cariño y ternura, no prodigados en tu infancia y adolescencia, tenderás a buscarlos en esa presencia reconfortante de la chica o el chico que te gusta. Quizá los pretendas con una pasión desbordada que te impida vivir un amor sereno y armonioso. Un amor que quiera ser maduro, cálido y delicado. Que no busque el mero juego sexual, el solo placer, y pretenda horizontes bellos de compromiso y donación duraderos.

Más que nunca, en esta hora de la verdad, deberás aprovechar el tiempo, tu tiempo. En perspectiva, quizá, el próximo examen de ingreso en la Universidad. O un trabajo, aquí o allá, que te permita colaborar en tu familia y conseguir ahorrar algo de platita. Es posible –sería estupendo– que hayas decidido establecer en tu comunidad, en tu campito, un pequeño negocio con ese título, también flamante, de Técnico Medio en tu especialidad técnica.

El esforzado deporte, la lectura de un buen libro –¡qué amigo!–, el paseo y la jocosa conversación con compañeros, el diálogo íntimo, sosegado, con alguien de toda confianza… son pequeños tesoros que irán construyendo una personalidad recia, disciplinada, capaz de alcanzar las metas que se proponga.

Llegó la hora, cómo no, de la experiencia de Fe, de la dimensión espiritual en tu vida. Durante meses hemos querido mostrarte la belleza de un mensaje, el de Jesús de Nazaret, capaz de dar pleno sentido a tu existencia. Si te sientes interrogado por sus planteamientos, si estás motivado a imitarle en la cercanía que tuvo con los más humildes y excluidos, si su promesa de futuro, de vida eterna, te colma de esperanza, entonces, como dijo el poeta, serás todo un hombre, toda una mujer.

Pero, dime... en esta hora de la verdad, ¿qué harás con tu vida?