HISTORIAS. Munro es considerada como la "maestra del relato contemporáneo".
MEDIANTE CONVERSACIÓN GRABADA
Alice Munro recibe el Nobel
Alice Munro recibe el Nobel
Estocolmo/EFE
El día que a Alice Munro le leyeron "La sirenita" salió de casa y no paró hasta idear un final feliz para el cuento. Desde entonces la premio Nobel no dejó de crear historias con las que espera que el lector disfrute.
Munro, de 82 años y que no viajó a Estocolmo para recibir el Nobel por razones de salud, fue capaz de seducir en la distancia al público que asistió a la tradicional lectura del Nobel de Literatura y que fue sustituida por una charla grabada en video.
La escritora canadiense, "maestra del relato contemporáneo" como la definió la Academia Sueca cuando le concedió el premio, fue capaz de transmitir en video toda su alegría, determinación y pasión por crear historias, primero para contárselas a sí misma, años más tarde para escribirlas mientras sus hijas dormían la siesta.
"La sirenita" de Hans Christian Anderser es "terriblemente triste" por eso cuando acabó la historia salió de su casa y dio "vueltas y vueltas" alrededor de ella e hizo "una historia con un final feliz", porque se "merecía algo más que una muerte en el agua" y eso fue "el principio temprano de la escritura".
Durante esos primeros años y en su adolescencia siguió ideando historias, en las que ella siempre era la heroína y con la idea general de "la valentía de la sirenita", porque en sus cuentos "no toleraba los finales tristes".
Con los años empezó a leer otras historias como "Cumbres borrascosas", en las que había "finales muy, muy, tristes". Por eso, explicó, "cambié mis ideas totalmente y aposté por lo trágico, que lo disfruto".
Munro se dedica en sus relatos a hacer arte de lo cotidiano, en poner la lupa sobre el alma humana de la gente común, en historias que se caracterizan por su claridad y realismo psicológico, normalmente protagonizadas por jóvenes mujeres en pequeñas ciudades.
|