LA NOTICIA DE PERFIL

¿Seremos tan corruptos?

¿Seremos tan corruptos?

Paulovich.- Todos los años espero con ansiedad el informe de Transparencia Internacional para conocer mi grado de transparencia y enterarme así si estoy entre los más corruptos del mundo, o entre los medianos o entre los menos corrompidos del planeta, para moverme mejor en la tierra en la que vivo, lo que equivale a la visita anual que recomiendan los médicos para mantenerme más o menos sano.
Fue mi pariente espiritual quien me informó la otra mañana acerca del informe anual de la prestigiosa Transparencia Internacional, comunicándome que Bolivia había sido clasificada entre los países más corruptos del mundo latinoamericano, lo cual me avergonzó porque siempre me consideré un mediano transgresor de los preceptos que norman la vida en nuestra sociedad.
Al conocer la posición de Bolivia en este ranking mundial de la corrupción, la cholita me dijo: “Yo no me siento involucrada en esa tabla de posiciones en el Campeonato Mundial de la Corrupción porque yo soy transparente, o ¿es que usted, compadrituy, no me considera así…?
Yo la miré lo más penetrantemente que pude y tuve que responderle que llevaba muchas polleras y enaguas para ver su interior y determinar su transparencia, causándole cierto malestar.
Hasta que al final coincidimos en que el informe internacional no considera la transparencia de las personas sino del conglomerado nacional; ella y yo podemos considerarnos regularmente limpios pero el colectivo boliviano sufre de un alto grado de corrupción, lo cual es de lamentar y avergonzarse.
Induce a pensar en corrupción cuando se sabe en todo el mundo que un mandatario boliviano utiliza triquiñuelas para ser re-re-re-reelegido cuando la Constitución sólo permite una sola reelección e induce a señalar que hubo sospechas de corrupción cuando se incurrió en gastos millonarios para adquirir un teleférico sin convocar a una licitación pública internacional. Eso le dije a la cholita de Quillacollo, aunque ahora pretenda convencerme de que ella es la Primera Cholita Transparente de Quillacollo, Cochabamba y Bolivia.
Investida de tal título por ella misma y apoyada por este antiguo periodista, me reveló que Transparencia Internacional ya conoce que el voto de los bolivianos en países del exterior será manipulado desde los consulados y embajadas de Bolivia y que un fraude de tal magnitud dará la mayoría al candidato que designó desde la Presidencia a todos y cada uno de los diplomáticos y cónsules que en octubre del 2014 actuarán de agentes electorales.
Transparencia Internacional colocó a Bolivia entre los países más corruptos del mundo, aunque en el país vivamos muchos ciudadanos de comportamiento recto y correcto que nos hallamos contentos por contar con la primera chola transparente del mundo a pesar de sus muchas polleras y enaguas que cubren su cuerpo.